Estas son las probabilidades de que la Fed aplique esta semana una subida de los tipos de interés

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Ya estamos a las puertas de la reunión de la Fed en la que decidirá su política de tipos de interés… o no. La expectación es máxima y existe una gran disparidad de criterios con respecto a lo que va a hacer Janet Yellen. Cabe recordar que han pasado casi 10 años desde que asistimos a la última subida de tipos de interés de la Fed. Los inversores están nerviosos. En el verano no existían dudas de que la autoridad monetaria actuaría en septiembre, pero después de las turbulencias derivadas de la economía china y los sobresaltos de los mercados, el consenso revisó su postura. Ahora se asigna una probabilidad del 30% a que se produzca una aumento del 0,25% y se tiende a favorecer la posibilidad de que suceda en diciembre. Algunos creen incluso que podría intervenir en octubre. Otros plantean una ‘subida intermedia’ de 0,125% o menos, acompañada de un discurso más acomodaticio, que indicaría que el ajuste monetario va a ser lento y contenido.

Según Fabrizio Quirighetti, director de inversiones de SYZ AM, la Fed se encuentra entre la espada y la pared dado que su política monetaria tiene implicaciones internacionales, sobre todo a través de la fortaleza del billete verde, en un momento en el que todos los bancos centrales mantienen políticas monetarias muy acomodaticias. “Por un lado, no hacer nada podría hacer creer a los inversores que la Fed es un rehén de los mercados. Pero también ellos podrían creer que la situación económica no es tan sólida como han afirmado desde la Fed en los últimos meses. Por el contrario, si el jueves actúa su gesto podría interpretarse como un error de la política monetaria al no haberse producido una aceleración del crecimiento y no haber indicios de que aumente la inflación. En este caso, los tipos de interés a largo plazo y el dólar podrían bajar, lo que daría lugar a una flexibilización de las condiciones financieras americanas”.

Para Jim Leaviss, responsable de renta fija minorista en M&G Investments, que la Fed suba los tipos o no es menos importante que determinar en qué nivel se establecerá finalmente el tipo de los fondos federales en un posible ciclo de subida de tipos. “Es probable que el ajuste monetario de la Fed en este ciclo sea anormalmente paulatino, prudente y objeto de numerosas comunicaciones a los mercados. Si el jueves se anunciara una subida de tipos sería una sorpresa para el mercado. Probablemente, la parte corta de la curva sería la más afectada por la reacción inicial de los mercados, lo que daría lugar a un cierto aplanamiento de la curva de tipos de la deuda pública estadounidense. Para que la rentabilidad de los bonos aumentara mucho más sería necesaria una revisión de las previsiones de inflación. La apreciación del dólar, el positivo aumento de los salarios, el elevado nivel de préstamos al consumo y la caída de los precios de las materias primas sugieren que es poco probable que esto ocurra a corto plazo”, afirma.

Entre los indicadores más importantes para Janet Yellen se encuentran varios parámetros sobre el mercado laboral, como la encuesta sobre ofertas de empleo y rotación laboral (JOLTS, Job Openings and Labour Turnover Survey) y la tasa de abandono laboral (empleados que voluntariamente dejan su empleo, a menudo porque han aceptado otro puesto de trabajo). “Estos elementos añaden una dosis extra de dinamismo al panorama general del mercado laboral. Ante el carácter positivo de estos indicadores, la subida de tipos debería materializarse pronto. No obstante, tanto Yellen como la Fed tienen bien presentes las lecciones de la Gran Depresión: si se retiran los estímulos demasiado pronto, el país podría entrar rápidamente en recesión. A la Fed no le queda más remedio que apostar por la subida de tipos para combatir la inflación en vez de hacer frente a la deflación en un panorama de tipos ya próximos al 0%. Esto, a su vez, hace que regrese el riesgo potencial de que unos tipos más altos provoquen una apreciación del dólar, lo que también afectaría a los beneficios empresariales en EE.UU”.

Los que piensan que habrá subida de tipos…

Luke Bartholomew, gestor de renta fija en Aberdeen, considera que si se produjese una subida de tipos en septiembre esto sorprendería a los mercados financieros, que es precisamente lo que la Fed trata de evitar. “No hace falta tener mucha imaginación para ver como esto podría convertirse en una profecía autocumplida: la Fed no subirá los tipos porque el mercado no espera que suban. Esta espiral es preocupante. Si los mercados financieros empiezan a pensar que la Fed está esperando a que ellos le den pie para empezar a subir tipos, entonces todo empieza a estar del revés”. Tan solo es necesario remontarse unas semanas atrás para que una subida de tipos por parte de la Fed en septiembre fuese más que probable. Sin embargo, la balanza parece haber cambiado de lado ahora y apunta a que la Fed podría volver a aplazar esta decisión.

Para el experto, la autoridad monetaria parece estar pensando que subir los tipos en septiembre en lugar de hacerlo en diciembre podría lanzar al mercado el mensaje de que son más agresivos con sus decisiones de lo que realmente son. Uno de los motivos por los cuales Janet Yellen podría querer subir los tipos es para tener margen para volver a bajarlos si se produjese otra crisis financiera. “No obstante, no está claro que el hecho de subir los tipos y luego volver a bajarlos vaya a proporcionar más estímulo a la economía que simplemente mantenerlos en niveles bajos. Por tanto, considerando todos estos elementos, hay poca necesidad de cortar las alas a una inflación que no está precisamente levantado vuelo. En definitiva, parece que la Fed ha decidido quedarse con lo malo conocido”.

Y los que creen que no…

Para Stephen Jones, director de inversiones de Kames Capital, a la vista de la importancia que ha adquirido esta primera subida de tipos y la señal que enviará a los mercados, los miembros del FOMC querrán dejar bien claros los motivos por los que actúan, si finalmente deciden hacerlo. “Aunque las preguntas clave girarán en torno al por qué de la primera subida, si habrá más y cuándo se producirán, y dónde se situarán los tipos de interés a medio plazo, hay otras cuestiones secundarias, como la política referente al balance de la Fed y el tamaño de la cartera de la Cuenta del Sistema de Mercado Abierto (SOMA), que el FOMC se comprometió a mantener, como mínimo, hasta después del inicio de las subidas de tipos”.

Jones reconoce que existe división de opiniones sobre si finalmente habrá o no subida de tipos, principalmente porque la justificación económica no es tan obvia. “La economía americana crece de forma constante aunque no dinámica, la inflación se ha visto reprimida temporalmente por la caída del crudo, la inflación subyacente es robusta pero no alarmante y el desempleo continúa reduciéndose. Además, el crecimiento salarial está siendo limitado y las condiciones monetarias ya se han endurecido como resultado de la apreciación del dólar y la debilidad de los mercados financieros. El FMI y el Banco Mundial le han pedido a la Fed que retrase su decisión. Sin embargo, la economía no se comporta como si los tipos se fuesen a mantener indefinidamente en los niveles actuales. La decisión será difícil, pero pensamos que acabaremos viendo una discreta subida que vendrá seguida de acciones de política monetaria muy moderadas y controladas”.

Escenarios alternativos: subida intermedia del 0,125% o que se produzca en octubre

AXA Investment Managers es otra de las casas que piensa que la Reserva Federal pospondrá la subida de tipos de interés a diciembre. “Ese es nuestro escenario base”, aseguran Eric Chaney, director de inversiones y Laurent Clavel, economista de la firma. No contemplan un escenario que se ha venido barajando en las últimas semanas: el de un incremento intermedio del 0,125%. “Descartamos esta posibilidad tanto por no tener precedentes históricos como por ser un movimiento que provocaría una mayor incertidumbre sobre la política monetaria”. El otro escenario alternativo que se baraja, el que la subida tenga lugar en octubre, también lo ven como poco probable, al ser un momento del año en el que la Fed no dispondría de suficiente información adicional como para tomar una decisión, ya que los datos de crecimiento económico y evolución de los salarios no se conocerían hasta después de la reunión que mantendrían los miembros del comité.