¿Es necesario reestructurar las carteras para sacar provecho del smart beta?

Andre__Themudo
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TRIBUNA de Andre Themudo, desarrollo de negocio BlackRock Iberia. Comentario patrocinado por BlackRock.

¿Pueden las estrategias smart beta cambiar la manera en la que un inversor tradicional estructura su cartera?

Tradicionalmente, los universos de inversión han estado catalogados en growth o value, y en títulos de pequeña o gran capitalización. Hace varias décadas, Morningstar introdujo su ahora conocido Style Box, un modelo basado en nueve parámetros que ilustra de manera gráfica el estilo de gestión de un fondo y permite a los inversores evaluar distintos productos con estilos de inversión similares.

Hoy día, las mejoras tecnológicas y la mayor facilidad de acceso a la información han democratizado  la inversión por estilo pasando de hablar de conceptos tan simples como el value o el tamaño de una compañía  a centrarse en factores que, además de haber mostrado históricamente un resultado positivo, lo han hecho con un coste más eficiente.  

La evolución del estilo

La inversión basada en estilos empezó en la industria de gestión activa y más tarde alcanzó a los fondos indexados ponderados por capitalización bursátil con sesgo de estilo. Hoy en día, la industria está derivando hacia la exposición a factores que reflejan atributos buscados tradicionalmente por los productos de gestión activa —como la búsqueda de inversiones de bajo coste, las tendencias, la alta calidad, valores más estables y pequeños—, ponderados por la fortaleza de esos parámetros.

En cambio, la inversión basada en estilos mediante ETF toma conceptos introducidos por el anteriormente mencionado modelo Style Box y moderniza esos nueve parámetros. Como hemos comentado, antes los inversores solían combinar growth y value para construir una cartera, pero ahora tienen la posibilidad de combinar exposiciones basadas en factores como momentum, quality y value, pudiendo así centrarse en fuentes de retorno  que han demostrado ser constantes generadoras de rentabilidad.

En nuestra opinión, los inversores pueden tener en cuenta varias formas deactualizar el estilo de su inversión:

  1. Cambiar growth por momentum

Las inversiones tradicionales que recurren a un estilo growth para estructurar sus carteras buscan la revalorización del capital mediante la inversión en compañías que tienen unas elevadas perspectivas de beneficios y que pueden incrementar su valor de manera constante. De manera similar, el llamado factor momentum se centra en los títulos que están mostrando una tendencia reciente al alza en su precio. Por lo tanto, creemos que el término momentum es una nueva forma de describir lo que muchos gestores basados en el factor growth han tratado ofrecer siempre.

Profundizando en la explicación, el factor momentum tiende a ser altamente cíclico y centrado en una cartera concentrada de valores que muestran mayor revalorización que otros. Esta exposición se refleja directamente en la característica de inversión que, en el pasado, ha impulsado la rentabilidad de los gestores activos centrados en el crecimiento.

  1. Actualización de blend a quality

Tradicionalmente, la inversión mixta o blend ha proporcionado una exposición general no excesivamente centrada ni en growth ni en value. Muchos gestores de gestión activa con un estilo de inversión blend mejoran su desempeño a largo plazo mediante la búsqueda de títulos que generen marcadas ganancias y a un precio razonable.

De la misma manera, las inversiones de calidad o quality están centradas en adquirir empresas líderes, con balances sólidos y beneficios estables. Los inversores de este estilo han sido tradicionalmente recompensados en fases más tardías del ciclo económico, aun habiendo momentos de crisis o desaceleración, ya que las compañías con modelos de negocio resistentes y una rentabilidad sobre fondos propios atractiva pueden ofrecer una protección defensiva en el marco de la cartera.

Los índices basados en el factor quality pueden convertirse en una referencia más apropiada para ayudar a los inversores a evaluar a los gestores de inversiones con estilo blend. Estos índices se alinearían más fácilmente con los procesos de inversión activa que con los índices generales de mercado ponderados por capitalización bursátil.

  1. Profundizar en inversiones value

La inversión basada en el factor value se basa en la idea de comprar compañías que están baratas teniendo en cuenta sus fundamentales. Los inversores value invierten en compañías con modelos de negocio cíclicos, que tienden a obtener beneficios a largo plazo o en momentos de repunte del mercado.

La estrategia de la inversión basada en el factor value suele contar con un estilo de exposición más concentrado y una mayor ponderación basada en factores que los fondos tradicionales de gestión activa, o que los fondos indexados value ponderados por capitalización bursátil.

Los ETF con sesgo al factor value pueden, por lo tanto, constituir una opción de bajo coste para obtener exposición a compañías baratas, y que históricamente se han comportado bien cuando suben los tipos de interés.

ETF con estrategia smart beta

Los ETF con estrategia smart beta se benefician por una parte de ideas de inversión que han sido contrastadas a lo largo del tiempo, y por otra de los avances actuales en tratamiento de datos y tecnología, llegando a suponer una alternativa de menor coste frente a los fondos de inversión tradicionales. Pero eso no significa que tenga que reestructurar toda su cartera sino que, en nuestra opinión, los ETF de smart beta pueden constituir una herramienta para actualizar el estilo tradicional de inversión. Así, los inversores pueden plantearse complementar o reemplazar algunas estrategias de gestión activa existentes para contribuir a reducir los costes o intentar mejorar la rentabilidad general de la inversión.