Ensayo con vestuario

A raíz de la intervención de Ben Bernanke, Presidente de la reserva federal (FED), en el Congreso de EE.UU. el pasado 22 de mayo, los mercados financieros comenzaron a ver como un hecho razonablemente posible lo que hasta hace poco se veía como una posibilidad un tanto remota: la subida de las tasas de interés en EE.UU. como consecuencia de una reducción del Quantitative Easing (QE).

Este nuevo sentimiento invadió tanto al mercado de deuda como de acciones denominadas en dólares, ya que el dinero del FED, inyectado a través del QE ha sido la gasolina que ha ayudado a subir el precio de las acciones y a mantener con vida el rally de renta fija que ya tiene un poco más de tres décadas de duración.

En una semana la rentabilidad promedio de los bonos basura norteamericanos, medida a través del Bank of America Merrill Lynch High Yield Master II Index , subió de 4,9% a 5,56%; el rendimiento del treasury a 10 años (el título financiero más líquido del mundo) rompió la barrera del 2% para ubicarse en 2,17% (máximo retorno de los últimos 14 meses).
Seguidos ambos en su incremento de rendimiento, como era de esperarse, por el resto de la oferta de instrumentos en renta fija denominados en dólares. El mercado accionario norteamericano acusó una leve corrección sin mostrar una clara tendencia a la baja, mientras el mercado japonés cayó en un 15%.

No hay un consenso sobre cuál fue la tecla floja que tocó Bernanke con sus comentarios, ya que hay quienes sostienen que la presión sobre los treasuries impulsó al alza las tasas no sólo en EE.UU. sino también en Japón obligando a inversionistas institucionales que tenían posiciones cortas en estos papeles a tomar perdidas, que fueron cubiertas con la venta de otros títulos lo cual generó una sobreoferta de instrumentos que contribuyó a la subida de los rendimientos y a la consecuente caída de los precios. Otros sostienen que la ola de alzas de tasas no comenzó en EE.UU. sino en Japón. Este es un clásico dilema del huevo y la gallina.

Los precios de los bonos venezolanos denominados en dólares cayeron respondiendo tanto a factores internacionales como locales. La inestabilidad política venezolana de las últimas semanas contribuyó a reforzar las tendencias internacionales. Los precios de los papeles de la republica bajaron en promedio en 2,5% y los de PDVSA alrededor del 3%. La prima de cobertura de riesgo de los CDS a 10 años tanto de PDVSA como de la republica mantiene su tendencia alcista que arrancó con el 2013. A comienzos del año se pagaban 600 puntos básicos para cubrir el default de un título de la republica a 10 años y 790 por su homologo de PDVSA. Las cotizaciones de estas coberturas fueron de 827,30 y 1.111,16 puntos básicos para la república y PDVSA respectivamente al cierre del viernes pasado.

¿Es este el comienzo de la subida de las tasas de interés denominadas en dólares? Nadie lo sabe, inclusive el mismo Bernanke recordó al congreso de EE.UU. que los montos de compras de títulos de deuda a través del QE pueden incrementarse si un mal desempeño económico de la economía estadounidense lo requiriera. En todo caso debemos semejar los eventos recientes a los ensayos con vestuario que se hacen en el teatro y en la opera, donde se tiene la oportunidad de simular un estreno sin público y con la posibilidad de corregir los problemas detectados en la función.