Ensayando parámetros en la conformación de un modelo de Bolsa BRICS

Un breve repaso histórico

Un repaso histórico identifica la elección del modelo Bolsa según el marco imperante en materia geopolítica, económica y de mercado. En la génesis del sistema bursátil norteamericano explicamos buena parte del financiamiento de su proceso de industrialización interna, excesos y consiguientes límites impuestos a partir del “blue sky law”. Tras la segunda guerra mundial, el espíritu de un libre mercado encarnizado por un arco empresario con ansias hegemónicas motivó la percepción de un mercado de capitales cuyo objetivo primario fuese la financiación a la expansión y radicación transnacional, dando lugar al “modelo de Bolsa NYSE”: un polo de atracción del capital global, centralizado y con diferenciación competitiva en la actividad de Listing.

En contraposición, la Alemania impulsora de la Unión Europa trajo consigo el germen del temor a la inflación (en lugar de recesión), y sus erróneos principios expansionistas del pasado influyeron fuertemente en los términos del acuerdo de a unión económica post-Marshall. Si Estados Unidos propuso el Dólar como unidad transaccional, un crecimiento sostenido y moderado serviría para proyectar una moneda de creciente fortaleza identificable a modo de reserva de valor. La salvaguarda del principio de soberanía nacional en la faz política subrayó igual suerte en el terreno fiscal. Congruente con ello,  las Bolsas europeas fortalecieron su posición con eje en el bloque a conformar, ideando  un modelo de Bolsa descentralizado y diferenciado en la innovación de plataformas de Trading a la altura de la nueva ingeniería financiera (Hedge Funds).  Aun así, recién el NASDAQ se atreve a perseguir la revolución tecnológica incursionando en la inquietante y más riesgosa actividad del Venture Capital. La “desmutualizacion” de las Bolsas aceleró el proceso de integración tanto de tipo vertical como horizontal.

La Bolsa con el sello BRICS

Varios factores confluyen a la hora de formular un modelo de negocio de Bolsa diferenciada para con el segmento BRICS.

En primer lugar, los BRICS conforman como bloque el mercado actual y potencial con mayor volumen productivo y de consumo del globo, a lo cual adicionan su increíble complementariedad sectorial.

En segundo lugar, el bajo nivel de institucionalidad, formalidad de su economía  y principios democráticos que históricamente lograron condenar al grupo a un  rol protagónico secundario sobre la base de su incapacidad en la conformación de un mercado de capitales “maduro”,  se pone ahora en tela de juicio por el múltiple juego de: a. el avance en materia de políticas de Estado bajo democracias estables (salvo el caso de China cuya cultura milenaria y excesiva contribución poblacional torna indescifrable la alquimia, ritmo y dirección conveniente en la articulación entre mercado y gobierno); b. las falencias de los propios mercados financieros centrales con el efecto adverso de la última crisis financiera en términos de desvaloración de su activo reputacional; c. la creciente contribución del comercio internacional al PBI global; d. El fuerte avance del aparato productivo asiático.   

La histórica oportunidad del segmento BRICS radica en el posicionamiento preferencial que supone la capacidad de consensuar e implementar una estratégica arquitectura de mercado que logre al unísono: a. avalar tamaño margen de crecimiento, b. “esterilizar” los índices de capitalización de mercado minimizando la exposición a burbujas financieras (en un entorno global de por si inestable con sobrada liquidez y bajas tasas), c. un capitalismo preeminentemente productivo (por oposición al financiero).

La lógica de inferencia presenta un modelo de negocio de Bolsa BRICS cuya ingeniería financiera, normativa e institucional tenga como móvil de diferenciación competitiva potenciar la actividad relativa a fondos de Private Equity, Real Estate, Venture Capital (con salida a Bolsa de Pequeñas y Medianas empresas), así como la misma Inversión Extranjera Directa.

Es bajo este escenario que la relación  de dualidad cooperativa-competitiva esperable entre BRICS y mercados centrales, terminaría definiéndose en la arena de disputa por apertura de mercado, autonomía vs. soberanía monetaria, y el paraguas de inversiones en sectores competitivos con impacto en la mejora de calidad de vida poblacional.