“En los últimos años se ha subestimado a los bonos y el activo lo ha hecho mucho mejor de lo que se esperaba”

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En un escenario en el que la renta variable se aproxima hacia su precio objetivo, seguir hablando de la renta fija y de dónde están las oportunidades en los bonos tiene sentido, siempre y cuando la aproximación a este mercado se haga de una manera flexible. Esta es una de las principales conclusiones extraídas del último seminario sobre renta fija celebrado por J.P.Morgan AM en Madrid, en el que diversos expertos de la firma explicaron que, a pesar de lo que pudiera parecer dado el difícil entorno que vive el mercado en renta fija, los inversores tienen la posibilidad de mejorar la diversificación y potenciar las rentabilidades ajustadas al riesgo mediante posiciones estratégicas y flexibles en esta clase de activo.

“Durante los últimos años se ha subestimado al mercado de renta fija y esta clase de activo lo ha hecho mucho mejor de lo que se esperaba. El inversor ha estado corto en duración. Nuestro equipo de renta fija ha acertado al haberse posicionado largo”, asegura Manuel Arroyo, director de estrategia de J.P.Morgan AM para España y Portugal. Ahora, el experto reconoce que el futuro se presenta de otra manera. “Las tires no van a seguir cayendo y, por consiguiente, quizás no haya que poner el acento en duración, si bien esto no quiere decir que la respuesta deba ser abandonar el mercado de bonos. Hay que apostar por gestores que sigan estrategias flexibles, habilitadas para construir posiciones largas y cortas”.

Uno de los productos por los que actualmente apuesta la gestora es el JPM Global Bond Opportunities, fondo de renta fija flexible global gestionado por Nicholas Gartside, Iain Stealey y Robert Michele. Casi la mitad de la cartera (48%) está invertida en high yield, una clase de activo que, a pesar de las valoraciones más ajustadas, podría comportarse mejor que el resto en un entorno de subida de tipos, asegura Arroyo. Según Charles McKenzie, responsable del equipo de renta fija de la entidad, el porcentaje de defaults en el mercado de deuda de alto rendimiento estadounidense está por debajo del 1%, mínimos históricos, mientras que los fundamentales subyacentes son buenos. “El spread entre la tir y el default es muy atractivo”.

A su juicio, a la hora de seleccionar entre compañías, lo importante es tratar de conocer el uso que van a hacer los emisores del capital captado. “En cada emisión, analizamos qué planea hacer la compañía con ese dinero. Hemos observado que, desde que estallara la crisis, las empresas han empezado a pedir dinero prestado al mercado por la razón correcta: fortalecer el balance. Sin embargo, hay que ser muy selectivos. En términos generales podemos decir que nos gustan los bancos europeos al ser entidades que están limpiando sus balances, si bien no todos los bonos emitidos por un banco son iguales: la parte más atractiva en nuestra opinión está en la parte baja de los bonos con TIER 2”, asegura.

El experto también encuentra oportunidades en deuda emergente. “La tir del bono brasileño ha pasado del 9% al 13%, mientras que el real se ha depreciado un 6%. Algo similar ha ocurrido en el mercado de deuda pública sudafricano, donde la tir del bono ha subido y el rand se ha depreciado un 19%. Esto representa una clara oportunidad de inversión. Por el contrario, no vemos valor en deuda pública de países como Francia, Italia o España, donde los spreads se han comprimido especialmente. Con un enfoque global, como el que seguimos en el fondo, creemos que se pueden encontrar mejores oportunidades de inversión en otros segmentos del mercado”. En estos momentos, el 30% de la cartera está invertida en bonos con rating B, el 21% con una calificación crediticia BB y el 19% en BBB.

El JPM Global Bond Opportunities es un fondo con apenas un año de vida en Europa y que, según explican, ha sido el resultado de atender las demandas de los clientes, que pedían un producto capaz de sacarle partido al mercado de renta fija. “Es un fondo pensado para aquel inversor que busque más rentabilidad, a cambio de aceptar una mayor volatilidad”. El otro fondo que están empujando en la gestora es el JPM Global Strategic Bond, cuyo objetivo es liquidez más 3% y que, tal y como revela McKenzie, ha conseguido ofrecer rentabilidades positivas en cuatro de las cinco ocasiones en las que se produjeron subidas de 100 puntos básicos en las tires. En el único periodo en el que no lo consiguió fue el pasado verano, cuando la Fed anunció su programa de tapering.

El tercer fondo de renta fija que están empujando en J.P.Morgan AM centra su universo de inversión en los emergentes. Se trata del JPM Emerging Markets Strategic Bond Fund. Soumyanshu Bhattacharya, gestor de renta fija emergente en la firma, considera que los 35.000 millones de dólares que han salido de los mercados de deuda emergente tras el anuncio del tapering ha destapado interesantes oportunidades de inversión. “El dinero institucional volverá a entrar en este segmento de mercado. Esa mayor demanda ya se está percibiendo. La razón es en gran parte técnica, al ser una clase de activo claramente infraponderada en las carteras”.

Además, Bhattacharya considera que existen razones fundamentales que invitan a ser optimistas. La primera son las valoraciones. “Los precios son apasionantes. Si nos fijamos en el crédito emergente con rating BBB en comparación con el estadounidense, el spread es de 100 puntos básicos”. La segunda, la recuperación económica. “México se está beneficiando de la recuperación de Estados Unidos. Por ese motivo, es un mercado que sobreponderamos en la cartera. Lo mismo sucede en Europa, donde el mayor crecimiento de la eurozona son buenas noticias para Polonia o Hungría”, explica.

Los mercados se han desacoplado

"Generalmente, siempre ha existido una correlación entre el comportamiento de la deuda emergente y la desarrollada. Cuando se desacoplan, que es lo que ha ocurrido, vuelven a juntarse rápidamente. Estamos en uno de los mejores momentos para construir posiciones en deuda emergente”, afirma. Entre los riesgos que aprecia, el experto destaca tres: la excesiva exposición de algunos países a las materias primas (el 60% del índice está formado por mercados con una fuerte exposición a las commodities); el excesivo crecimiento del crédito vivido en algunos países como China y, por último, la valoración que han alcanzado algunas divisas, como por ejemplo el peso chileno.