"En los ETFs de renta fija todavía hay espacio para la innovación"

Los ETF de renta fija se encuentran en el mismo punto en el que estaban los de renta variable hace cuatro años: en pleno desarrollo y con un claro potencial de crecimiento futuro. Ya en el primer semestre del año, estos productos han sido el motor del aumento récord que han registrado los ETP en todo el mundo, representando el 41% del crecimiento total del sector (globalmente, los ETP atrajeron más de 100.000 millones de dólares de nuevos activos, de manera que el patrimonio total se sitúa en 1,68 billones). Y su futuro pinta prometedor. Desde iShares prevén que los fondos cotizados de renta fija alcanzarán los 2 billones de dólares en activos durante la próxima década, frente a los 302.000 millones de dólares actuales, tal y como informa Funds People.

“Estamos todavía viviendo los primeros días de estos productos”, explica Stephen Cohen, responsable de la estrategia de inversión de iShares en EMEA. “Lo que provocó su popularidad fue la crisis de 2007-2008 por la necesidad de volver a lo que se conoce como el back to basics que experimentaron los inversores y la mayor importancia que desde entonces se otorga a la liquidez y transparencia, características básicas de los productos cotizados”.

Además, según el experto de iShares, la asignación de activos ha crecido en los últimos años y los inversores han encontrado en los ETP una buena manera de realizar esta asignación de manera táctica. Esto ha provocado también, que estos productos sean utilizados actualmente tanto para la parte central de las carteras como en la satélite. “Para la parte core, los ETP ofrecen una manera eficiente en gastos para tener exposición a la beta del mercado y la parte satélite porque dan acceso mercados que de otra manera es difícil incluir en la cartera y por su flexibilidad a la hora de entrar y salir en ellos”, explica.

En cuanto a los productos de renta fija, está convencido de que todavía hay espacio para la innovación, igual que la hubo hace cuatro años en los de renta variable. Así, por ejemplo, en iShares, donde cuentan con 100 ETF de renta fija actualmente, fueron pioneros hace dos años cuando lanzaron un ETF de deuda corporativa europea sin financieras. Actualmente, el iShares Barclays Capital Euro Corporate Bond ex-Financials cuenta con 1.534,43 millones de euros en activos.

Más recientemente han lanzado ocho ETF específicos de deuda pública de países europeos para ofrecer a los clientes la posibilidad de crear sus propias cestas de inversión atendiendo a sus expectativas. “Tiene sentido porque antes todos los países ofrecían más o menos la misma rentabilidad, pero eso ha cambiado completamente y ahora se puede seleccionar de manera individual a qué país tener exposición”, explica Cohen.

En iShares trabajan para adaptarse de la mejor manera posible a las demandas de los clientes, que varían rápidamente. “Se trata de buscar un equilibrio entre lo que el cliente quiere y lo que nosotros nos encontramos cómodos gestionando, por temas de liquidez o índices disponibles” dice el experto.

En cuanto a temas de inversión, desde iShares actualmente potencian, en renta variable, productos defensivos, favoreciendo las estrategias de dividendo y la bolsa de los mercados emergentes. En renta fija, apuestan por sus productos de deuda corporativa de alta calidad y el high yield, especialmente estadounidense. Cohen considera que se seguirán viendo entradas positivas de dinero en deuda emergente, especialmente en moneda fuerte.

El futuro del sector de los ETP estará marcado por cuatro tendencias, según la entidad: consideran que habrá un proceso de consolidación en la gama de productos (convergiendo hacia los más grandes de cada mercado), seguirá la búsqueda de liquidez, la mayor regulación del sector de la inversión en Europa favorecerá a estos productos y habrá que trabajar en ofrecer una mayor accesibilidad para los clientes finales a estos fondos.

 

iShares cuenta con más de 500 ETF de renta variable, renta fija y materias primas que cotizan en 20 bolsas de todo el mundo. La compañía pertenece a BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo, con 3,560 billones de dólares en activos bajo gestión.