“En el mundo de la gestión, información es poder”

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Foto cedida

Batir al mercado asumiendo un tracking error bajo. Es la estrategia de Javier Rodríguez-Alarcón para generar alfa en la gama CORE, oferta de producto sobre la que Goldman Sachs AM viene poniendo el acento y que engloban fondos de renta variable estadounidense, europea, emergente o global que se caracterizan por presentar unas comisiones de gestión muy bajas, lo que les sitúan como una clara alternativa a los ETF. La del GS US CORE Equity, del GS Europe CORE Equity y del GS Global CORE, por ejemplo, es del 0,5% para el institucional, mientras que para la del GS Growth & Emerging Markets CORE es del 0,65%. La gama la completan productos que centran su universo de inversión en el segmento de compañías de pequeña capitalización, como el GS Global Small Cap CORE y el GS US Small Cap CORE, con una comisión de gestión del 0,6%, respectivamente.

La filosofía que sigue Alarcón parte de una premisa clara: la información es poder. Sin embargo, en la era de las telecomunicaciones, la abundancia de información hace que sea muy difícil el procesamiento de todos esos datos. “Las noticias que se publican en los medios de comunicación y los informes que emiten los analistas afectan al sentimiento inversor y a la cotización de un valor en bolsa. La ventaja de nuestra casa es contar con la infraestructura y el capital humano necesario para acceder y evaluar información que no es evidente a simple vista”. Rodriguez Alarcón asegura que el sistema cuantitativo de filtrado y análisis de información les permite procesar diariamente hasta 40.000 artículos escritos en diferentes idiomas. Se trata de información pública que se recopila, se selecciona y se incorpora a la visión fundamental que el equipo tiene de cada valor.

“Las compañías tienen un importante volumen de activos intangibles difíciles de evaluar. El desarrollo de la tecnología en el equipo permite que nuestros sistemas puedan sistematizar toda esa información, haciendo una recopilación de los temas clave. Supone una gran ventaja a la hora de evaluar a las empresas. Esto lo hemos implementado en las estrategias sobre Estados Unidos, Europa y Japón”. Según explica, a veces es necesario leer entre líneas. Esto lo hacen con frecuencia a la hora de analizar los informes de analistas. “Los analistas no suelen modificar el rating que otorgan a una compañía. Sin embargo, sí se observa en sus informes que empiezan a mostrar un mayor optimismo o pesimismo sobre ella. Cuando esto lo haces aglutinando toda la información que publican, te aporta una mayor convicción. El modelo trabaja para el gestor y no al revés”.

El otro aspecto al que en el equipo prestan especial atención es a la relación que existe entre las compañías, que puede hacer que un evento que se conozca al otro lado del mundo termine por afectar de una manera u otra a la cotización de un valor. “Nuestro proceso no solo evalúa a las compañías de manera fundamental, similar a lo que podría significar coger una casa, quitarle el tejado y analizarla por dentro. Pero esto no es suficiente, a su vez hay que conocer al vecindario y como éste afecta a la vivienda… Conocer cuáles son las interconexiones de cada compañía es básico. Tan importante como conocer a fondo el negocio de una empresa es saber cuál es su red de contactos, lo que en términos coloquiales pudiéramos llamar sus familiares y amigos, con el objetivo de analizar la influencia que éstos pudieran ejercer sobre el negocio de la empresa”.

Se trata, pues, de conocer qué factores exógenos podrían afectar a una posición, con el objetivo de controlar de una manera más eficiente el riesgo. Es precisamente por ahí por donde en Goldman Sachs AM están avanzando a nivel de innovación. “El modelo que utilizamos evoluciona, no se revoluciona. Sigue mejorándose e innovándose para profundizar en herramientas que nos permitan mejorar aún más el proceso de valoración de las compañías y conocer mejor las relaciones globales que existen entre las diferentes empresas. El desarrollo de los sistemas de ‘big data’ nos servirá para perfeccionar aún más nuestra estrategia en este sentido”, explica el gestor.

El alto nivel de diversificación de la cartera es la tercera pata sobre la que se apoya la estrategia, por ejemplo a nivel de ideas de valoración, calidad, momentum, sentimiento… “El mercado no está fácil. En Estados Unidos, alrededor del 17% de los gestores activos han sido capaces de batir al S&P 500 este año. En 2010, año que también fue muy difícil, el porcentaje fue cercano al 22%. El entorno tan cambiante que hemos visto en 2014 explica este fenómeno. La mezcla entre factores fundamentales y factores psicológicos está funcionando muy bien. No tienes que tener una bola de cristal, sino ideas de inversión que puedan adaptarse a esos entornos. A veces unas funcionarán mejor que otras. Es por ello por lo que resulta clave tener una cartera correctamente diversificada”. A su entender, todo ello le permite al equipo tener una visión totalmente diferente del mercado.

Rodríguez-Alarcón reconoce que las características actuales del mercado –en el que el inversor se muestra cambiante en sus preferencias de inversión- les ha beneficiado. Quizás el mayor éxito lo hayan experimentado en el GS US CORE. “Este año está siendo una continuidad del anterior, ya que el producto vuelve a situarse en el primer decil por rentabilidad. El 2013 fue el mejor de los últimos 26 años para la estrategia”. En el caso del GS Europe CORE, se trata de un fondo que este año ha logrado posicionarse en el primer decil. Se diferencia del anterior en el hecho de tener un tracking error más elevado (3,5% frente al 2,5%). Ninguno de los fondos de la gama adoptan un excesivo riesgo frente al índice. El GS Growth & Emerging Markets CORE se diferencia del resto en el hecho de que el gestor tiene una visión más macroeconómica, favoreciendo aquellos países y divisas en los que se muestran más positivos e infraponderando el resto.