El yen, la más fea en el baile de las divisas

Kamil Molendys, Unsplash

En este baile por buscar la menos fea, Paul Brain cree que el colapso del crecimiento global vivido en el último trimestre de 2008 se mantendrá durante la primera mitad de 2009, lo que perjudicará a las economías más basadas en el comercio mundial. En este escenario, considera que la apreciación vivida por el yen en 2008 causó importantes daños a la economía nipona y provocó la caída del 63% de las exportaciones japonesas. En su opinión, el yen es la fea del baile, por lo que habrá que buscar otras monedas con más atractivo.

La corona noruega es una de sus favoritas. En su opinión, el fondo soberano noruego ofrece un importante apoyo al país escandinavo. Durante 2008 la corona fue muy vulnerable a la caída del petróleo, dado que el crudo es la principal exportación del país. Pero desde diciembre parece que el petróleo ha encontrado un suelo y debería dejar de ser un factor negativo para el país. Brain ha aumentado la exposición a la corona, pero hasta un nivel que le permita salir de forma fácil.

También ha incrementado su apuesta por el dólar australiano. Tras el boom de las materias primas, Australia está en una posición fuerte con un reducido ratio de deuda/PIB. Esto permite que las autoridades puedan aumentar el endeudamiento para impulsar la demanda interna.

Una moneda refugio como el franco suizo puede sufrir por los problemas que atraviesa el sector financiero helvético. Por su parte, ha aumentado el peso de la libra esterlina tras la caída sufrida frente al euro. La recuperación consistente de la libra dependerá de la salida de la crisis del sistema financiero brítánico.

Esto deja, por ahora, al dólar como el principal refugio y la divisa de referencia del mundo. En la actualidad, sobrepondera el dólar e infrapondera el yen y el euro, mientras mantiene en cartera el dólar australiano y canadiense, la corona norueda y el franco suizo.