El sector tecnológico bajo Trump: implicaciones para los inversores

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TRIBUNA de Stuart O’Gorman, director de Títulos Tecnológicos de Henderson Global Investors. Comentario patrocinado por Henderson Global Investors. 

Durante la semana siguiente a las elecciones presidenciales estadounidenses, el sector tecnológico ofreció una rentabilidad drásticamente inferior. Se ha producido una marcada rotación en el mercado y se han dejado a un lado los títulos tecnológicos, en favor de sectores cíclicos y de otros más sensibles a los tipos de interés como el financiero.

Durante los últimos 20 años, en distintas ocasiones se han producido pausas en la rentabilidad superior del sector tecnológico tras unas elecciones, algo que normalmente ha durado entre 3 y 12 meses y que no nos sorprendería que volviera a repetirse ahora. El cambio de administración y, en particular, el hecho de que el presidente sea ahora republicano al igual que la mayoría de la Cámara de Representantes y el Senado, han creado una corriente de optimismo porque la posible reducción en los requisitos normativos y el estímulo fiscal pueden servir para impulsar la economía estadounidense. Si nos fijamos en el esbozo del plan a 100 días del presidente electo, vemos que es probable que se produzca una reforma del impuesto de sociedades, un proyecto de ley de inversiones en infraestructuras y unas políticas comerciales cada vez más proteccionistas durante 2017.

Entre las áreas que más probablemente incidan en el sector tecnológico podemos citar:

- La reforma fiscal

Dado que el sector tecnológico es el que presenta unos balances más sólidos y unos niveles más elevados de efectivo en el extranjero, será uno de los mayores beneficiarios de cualquier plan que se promulgue de repatriación fiscal. Puede producirse un mayor nivel de retorno del capital para los accionistas mediante repartos de dividendos y recompras de acciones, así como dispararse la actividad de fusiones y adquisiciones cuando las grandes corporaciones tecnológicas pongan su efectivo repatriado a trabajar. No obstante, dado que estas compañías suelen tener unos tipos fiscales inferiores a los de otras empresas estadounidenses, la bajada del impuesto de sociedades les beneficiará menos.

- La inversión en infraestructuras

El incremento de la productividad industrial y de la inversión de capital son dos factores positivos para el sector tecnológico.

- Los aranceles comerciales, la política comercial proteccionista

Este es el factor potencialmente más peligroso para el sector (y para la economía global). Estas políticas podrían ser reflacionarias en Estados Unidos pero tener efectos mixtos en las economías de los mercados emergentes, siendo México y China los países que probablemente se verán más afectados por los aranceles comerciales y la vuelta de la producción a Estados Unidos. Es posible que esto tenga una repercusión negativa sobre los márgenes y la demanda de productos tecnológicos, por lo que este sector saldría menos beneficiado por la política nacional reflacionaria.

Conclusión

Seguimos creyendo que, en el medio y largo plazo, la tecnología continuará con su avance en la economía global, impulsada por una funcionalidad superior, precios más bajos y una demografía favorable. Además, centrar el sector tecnológico en Estados Unidos implica que seguramente le favorecerá de un modo desproporcionado la bajada de impuestos prevista, tanto sobre los beneficios como en el ingente capital extranjero repatriado en comparación con la renta variable global. No obstante, dentro del país, las compañías tecnológicas lo pasarán peor que otras empresas nacionales por las restricciones a la globalización y saldrán menos beneficiadas por las bajadas de tipos, lo que puede repercutir en su rentabilidad relativa a corto plazo frente al S&P 500.