El reciente desplome del oro y del petróleo explicado en cinco gráficos

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tj.blackwell, Flickr, Creative Commons

El petróleo ha empezado la semana con nuevas caídas que le han llevado al barril de Brent (de referencia en Europa) al entorno de los 53 dólares y al de West Texas Intermmediate (WTI, de referencia en EE.UU.) al entorno y de los 47 dólares por barril. Son cifras que en ambos casos se sitúan cerca de los mínimos registrados por ambas referencias (46,59 dólares el 13 de enero en el caso del Brent y 43,46 dólares el 12 de marzo para el WTI). Para los expertos de Lyxor AM, siguen teniendo responsabilidad sobre estas caídas las preocupaciones en torno a Grecia y China, junto con las posibilidades abiertas tras el acuerdo establecido entre Occidente e Irán. 

Respecto a las repercusiones inmediatas del acuerdo histórico al que han llegado recientemente EE.UU. (y con él, el resto del mundo occidental) y e Irán, que permite el levantamiento de las sanciones, los expertos se muestran muy claros: “El acuerdo con Irán abrirá las compuertas en los próximos meses. Irán produce actualmente menos de 3 millones de barriles al día, pero ha mencionado un objetivo de reanudación de la producción a medio plazo de alrededor de 5 millones de barriles. Si se establece un paralelismo con la reanudación de la producción monitorizada por Irak, creemos que tal pretensión puede ser gestionable”, comentan los estrategas de la firma.

En el otro lado de la balanza, prevén algo de inquietud por parte de Arabia Saudí en relación con conflictos geopolíticos – particularmente los enfrentamientos entre suníes y chiíes- que “podría impulsar que se ponga todavía más producción en el mercado”. 

Al mismo tiempo, en EE.UU., el equipo de expertos observa que los productores de petróleo de esquisto han recortado rápida y drásticamente los costes, produciendo un ajuste en los precios que ha contribuido a reequilibrar ligeramente la curva del WTI, “por lo que han regresado los incentivos a acumular más reservas y la producción no sufrirá más restricciones”, indican desde Lyxor.

“El refino estadounidense está pasando un momento duro, absorbiendo los niveles extremos de stocks. Más allá de las fronteras con EE.UU. la oportunidad por diferencias de precios entre el Brent y el WTI ha impulsado un gran número de dinámicas de arbitraje que mantiene al diferencial del Brent frente al WTI en un rango de precios”, comentan desde la gestora. “En este momento, el incremento de la oferta podría poner en realidad a ambas regiones en la misma posición, al ser tanto EE.UU. como los países de la OPEP capaces de inundar el mercado”, concluyen. 

En este entorno, el equipo de estrategas de Lyxor AM ha optado por mantener una posición neutral: “Seguimos estando positivos sobre la potencial recuperación de la demanda global en los próximos meses, pero creemos que una mayor abundancia de la oferta podría fagocitarla, aspirando a un repunte de los precios”.

Consideran que el mayor riesgo que el inversor debe tener en mente – si la oferta sigue siendo muy superior a la demanda- es el regreso del riesgo de deflación. También constatan dos amenazas. Por un lado, que los niveles actuales están bastante por debajo del umbral de rentabilidad que permitiría a muchos países productores equilibrar sus presupuestos gubernamentales, por lo que podría desatarse mayor inestabilidad en mercados emergentes clave. Por el otro, recuerdan que buena parte de la deuda high yield americana pertenece al sector energético (entre el 15% y el 20% del papel emitido), por lo que una mayor reestructuración o un impago técnico podrían dañar a este segmento de la deuda. 

El brillo del oro se apaga lentamente

Entre tanto, los estrategas indican que las previsiones para metales preciosos y del oro en particular están perdiendo brillo. Por un lado, las reservas de oro de los bancos centrales han alcanzado la cantidad máxima permitida, por lo que varios de ellos han parado de comprar esta commodity.

Aunque lo destacan como la principal, los expertos han encontrado otras dos explicaciones a la caída del precio de la onza. Así, indican que las importaciones de oro a China se están debilitando, en parte por la severa lucha contra la corrupción – que suele utilizar enormes cantidades de este metal para efectuar transacciones-, mientras que las autoridades de la India han tomado medidas para incrementar el precio del oro y así frenar las importaciones, como una forma de reducir su déficit por cuenta corriente (el oro es la segunda mayor importación por valor de India, sólo por detrás del petróleo). 

Desde Lyxor creen que esta materia prima, otrora activo refugio por excelencia, ahora ha perdido atractivo a medida que las economías mundiales están dejando atrás el entorno deflacionario post crisis, dando paso a una recuperación global del crecimiento que, en casos como el de EE.UU., también abre la puerta a una normalización de la política monetaria.

Por todo ello, los expertos de la gestora declaran que el precio del oro “es altamente vulnerable al modo risk-on y a la próxima normalización de la política de la Fed, con una potencial apreciación del dólar y tipos de los bonos al alza”. Adicionalmente, descartan que “la inflación todavía no es de apoyo para el oro, al actuar como refugio en caso de amenaza inflacionaria”.