El juego de los tanques

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Arca

Mientras menos flexible es el productor, es decir, mientras mayores son sus costos de producción y menor es su músculo financiero, más difícil será mover la llave para aumentar o disminuir el flujo de crudo. Todos los productores contemplan el nivel de la piscina, sabiendo que si este sube el precio cae y viceversa, por lo que buena parte de su apuesta cotidiana es adivinar en que rango de lectura se moverá el nivel de la piscina en el corto, mediano y largo plazo, para decidir cuánto abrir o cerrar la llave y eventualmente aumentar la capacidad del tanque.

Para meter “más ruido” en esta historia, imaginemos que en el pueblo de los tanques hay una taberna donde por las tardes los dueños de los tanques se reúnen y ven como algunos de ellos y muchos parroquianos apuestan sobre los niveles futuros de la piscina (los mercados de derivados). Estas percepciones de taberna influyen en las decisiones de los que abren o cierran los tanques, aun sospechando que muchas de ellas pueden estar erradas. Tal como opera el juego en estos días, los niveles de la piscina fluctúan abruptamente por lo que hay gran incertidumbre en relación a la decisión de abrir o cerrar la llave, si la economía mundial crece a un paso muy menguado la piscina puede seguir subiendo de nivel, los precios caer y algunos productores comenzarán a cerrar sus llaves aunque pierdan ingresos.

Si muchos toman esa decisión simultáneamente, el nivel de la piscina cae drásticamente y los precios pueden subir de manera violenta. Lo que están tratando de definir los productores en estos momentos es cual es la táctica de manejo de la llave que menos daños les haga financieramente hablando.

Los pesimistas creen que el nivel de la piscina WTI oscilará entre 30 y 50 dólares en el 2015; los optimistas ven un rango entre 40 y 60 dólares. Aun en el escenario más optimista Venezuela tiene que cerrar una brecha de 30 millardos de dólares entre ingresos y gastos en divisas en el 2015. Dada las condiciones de la economía mundial, si predomina el escenario de bajo crecimiento económico, el default de la deuda de la República y PDVSA sólo podrá ser evitado en el 2015 echando mano a una porción importante de las reservas internacionales y a otros activos externos, jugando muy agresivamente con la reducción de las importaciones y minimizado los envíos al convenio Petrocaribe; tomando las decisiones de manera muy coordinada y esto sólo garantiza pasar el 2015.

La sobreoferta de petróleo en los mercados internacionales ha sido uno de los factores que más ha incidido sobre la caída en los precios. La producción de crudo por parte de Estados Unidos ha aumentado desde el 2012 de manera constante, alcanzando para septiembre de 2014 los 15.000 barriles/día. Similar comportamiento ocurre con algunos participantes de la OPEP como Iraq y los Emiratos Árabes, los cuales están produciendo al máximo superando la cuota de participación en el mercado, lo que genera mayor presión a la baja en el precio dado al aumento en la oferta y una posible caída en la demanda ante de los pronósticos de crecimiento mundial. La realidad del 2016 será muy complicada si el precio del crudo no sube a niveles de 70 dólares y no se hace una revisión profunda del modelo económico porque las pocas holguras se las llevará el 2015. Mientras los jugadores siguen viendo el nivel de la piscina.