El entorno sigue siendo favorable, pero esperamos más divergencias

Impulsada por políticas monetarias que siguen siendo liberales, la economía global continúa creciendo incluso aunque la demanda y comercialización de préstamos sigue bastante por debajo de los niveles pre crisis.  No se pueden minimizar los riesgos geopolíticos, ¿pero hasta que punto representan una amenaza? Como consecuencia, el precio del petróleo ha subido, pero todavía solo de forma limitada por lo que las tendencias económicas subyacentes permanecen intactas.

Estados Unidos

Existen signos manifiestos de que la economía americana está cogiendo ritmo tras un invierno que ha sido excepcionalmente duro. La FED continúa reduciendo su compra de bonos, aunque mantiene una actitud pro-crecimiento, dado que considera que la recuperación en el mercado laboral todavía no es suficiente. Y sin embargo, el número de personas con empleo acaba de subir por encima de los máximos de 2008.

Las malas condiciones climáticas durante el invierno han afectado al crecimiento y, por tanto, han hecho que el gasto gubernamental se reduzca. Al mismo tiempo, el déficit gubernamental se sitúa ahora en torno al 3% para este año, por lo que ya no constituye una fuente de inmediata preocupación. Las elecciones de noviembre podrían, al menos, marcar el comienzo de una cierta estabilización.

La recuperación norteamericana sigue avanzando con tropiezos y además se reparte de forma desigual entre sectores y zonas geográficas. El avance más importante  en las últimas semanas ha sido la incipiente recuperación en la deuda de los hogares.  Asimismo, las encuestas sobre planes de inversión corporativos sugieren una recuperación en la puesta en práctica de dichos planes.

Europa

Sin lugar a dudas, Europa ha vivido los cambios más interesantes que se han producido en los últimos meses.  No han desaparecido los problemas, pero las tensiones han disminuido. Los avances institucionales, como la unión bancaria, son el resultado de la crisis y han de ser confirmados, pero los nuevos mecanismos de ayuda han alcanzado ya legitimidad financiera y legal.

A nivel económico, el final de la recesión es ahora un hecho.  No todos los países la han superado de la misma forma – Francia todavía está rezagada y Reino Unido está a la cabeza-, pero ahora la recesión es ya cosa del pasado y esto se aplica también a Centroeuropa.  Sin embargo, el momentum que estamos viviendo en Europa necesita consolidarse.

El BCE está siguiendo un camino complicado dado que el desapalancamiento continua siendo la fuerza dominante en todas partes, excepto a nivel corporativo, dado que las compañías pueden acudir al mercado de capitales.  La actual fortaleza del euro está contribuyendo en gran medida a una baja inflación. Las medidas anunciadas a principios de junio por el BCE no son decisivas, pero el banco sigue comprometido con políticas no-convencionales e incluso podría llevarlas un paso más allá.

Japón

Existen muchos interrogantes sobre Japón, tanto en relación al aumento en  los impuestos sobre el consumo como sobre la timidez del gobierno para combinar sus intenciones con las sólidas reformas estructurales.  La actual política económica de estímulos del Banco de Japón es más ambiciosa que la de la FED – 70.000 millones de dólares en compras mensuales de activos frente a 32.000 millones-  y tanto los salarios como los bonus están avanzando en la buena dirección. Toyota ha aprobado su primer incremento salarial desde 2008 y, en términos generales, el aumento de precios podría ser el más importante de los últimos 13 años. Sin embargo, el lento ritmo de las reformas todavía seguirá frenando el crecimiento.

China

Existen cada vez más señales de que tanto la construcción como el sector inmobiliario se están ralentizando.  El gobierno  manifestó claramente su intención de que esto ocurriera, pero también pretende, al mismo tiempo,  mantener altas tasas de crecimiento.  De hecho, ya se han puesto en práctica medidas de estímulo económico para compensar la corrección de los excesos en el mercado inmobiliario.

El gobierno ha asumido el riesgo de quiebra de los promotores inmobiliarios más imprudentes que estaban financiados por circuitos marginales o paralelos. El lento avance hacia la regulación bancaria no se está produciendo sin obstáculos, pero al menos ha aportado una sólida protección a los grandes bancos estatales que de otra forma se hubiesen visto afectados por la liberalización del mercado. Como consecuencia, el riesgo sistémico en China se ha reducido.