El diferencial de tipos apoya la tendencia bajista del euro contra el dólar

De hecho, según el experto, sigue siendo un misterio para muchos la razón por la que el euro se ha mantenido tan fuerte a lo largo de toda esta crisis, y en particular ahora dado que muchos economistas opinan que Europa ha entrado en recesión. Gllham destaca que según el PPP de Bloomberg (purchasing power parity – un indicador de valoración a largo plazo de las divisas), el euro está claramente sobrevalorado por casi un 15% frente al dólar.

Para Gillham, la reciente fortaleza del euro se explica mejor partiendo del diferencial de tipos de interés. Tras tres años de tasas de interés a cero en Estados Unidos, los tipos de la Eurozona resultaban relativamente atractivos; la subida de tipos del BCE al 1,5% en julio reforzaron esta percepción.

Para el inversor, explica Gillham, obtener un rendimiento adicional de 1,25 puntos porcentuales en euros respecto al dólar es atractivo, y posiblemente explica la demanda por la moneda única. Dicho esto, Gillham recuerda que la actuación reciente del BCE ha recortado en 50 puntos básicos, o un 40%, esa ventaja en el rendimiento del euro. Es un recorte significativo y posiblemente explica por qué el euro ha empezado a caer, y puede seguir haciéndolo a medida que los inversionistas demandan menos euros.

Gillham recalca que aventurar el movimiento del mercado de divisas en base única a los fundamentales es tarea difícil. Atendiendo solo a estos factores, los inversionistas deberían haberse posicionado contra el euro al menos a partir de 2010, momento en el que empezaron a saltar al mercado los problemas de la periferia europea. Sin embargo, desde el mínimo del euro alcanzado en junio de 2010 la divisa se ha apreciado en torno al 10% contra el dólar.

El análisis que realiza SIG muestra que las estrategias enfocadas en diferenciales de tipos de interés y factores relacionados como la pendiente de la curva de tipos son herramientas más útiles para predecir la dirección del mercado de divisas, en parte porque de forma implícita toman en consideración la demanda de los inversionistas. Por ejemplo, una estrategia que considera diferenciales de tipos de interés sencillos ha arrojado un Sharpe positivo durante los últimos 14 años, incluyendo 2008, señala Gillham.

En su opinión, para manejar posiciones en divisas con éxito es necesario mirar más allá de las razones aparentes que mueven este mercado, como la política y los fundamentales económicos, y analizar con profundidad los factores que controlan la dinámica del mercado, como los flujos de oferta y demanda.