El crecimiento en el uso de los ETF y los fondos indexados

En Europa, así como a nivel mundial, los inversores minoristas e institucionales han ido abrazando el uso de los ETF. El año pasado, los fondos cotizados en Europa recibieron entradas netas de 22.000 millones de dólares, según estimaciones de ETF Global Insight, Al mismo tiempo, y de acuerdo con datos de EFAMA, los fondos de gestión activa en formato UCITS registraron salidas netas por un importe de 119.000 millones de dólares. El paso hacia ETF e indexados se debe a varios factores, entre los que se encuentra el hecho de que los inversores se están empezando a posicionar en aquellos activos que sean capaces de recoger los beneficios de la diversificación.

Del mismo modo, este favorable sentimiento hacia los ETF se está viendo alentado por el reconocimiento de la dificultad que supone seleccionar una cartera de acciones o bonos que sea capaz de batir al índice de referencia. Es difícil encontrar fondos de inversión de gestión activa que de manera recurrente sean capaces de superar al mercado, sin olvidar que los costes asociados al ‘stock picking’ también juegan un papel. También lo hace el hecho de que cada vez más inversores están desarrollando planes financieros basados en cuánto dinero van a necesitar en un determinado momento de su futuro.

Una vez que el inversor ha decidido sobre la asignación de activos, que es lo que forma los cimientos de la cartera, hay que fijarse en cómo se va a implementar esa estrategia. Muchos gestores prefieren seleccionar acciones o bonos de su propio país o región, al tiempo que usan ETF, fondos o productos derivados para invertir en mercados en los que carecen de experiencia, acceso al análisis o de habilidad para poder invertir directamente.

Supongamos que uno de los objetivos del inversor es exponer su cartera al mercado de renta variable estadounidense, representado por el índice S&P 500. La rentabilidad es una de las consideraciones clave para los inversores y a muchos les gustaría encontrar fondos de gestión activa que consistentemente sean capaces de generar retornos superiores por encima del principal índice de la Bolsa americana. Pues bien: encontrar un fondo que sea capaz de lograr este objetivo es un reto importante, tanto para el inversor minorista como para el institucional.

Standard & Poor’s, Lipper y Morningstar han publicado recientemente tres nuevos estudios sobre la rentabilidad ofrecida por los fondos de gestión activa frente a sus índices de referencia que revelan que muchos de ellos se quedan a la zaga del mercado. El informe de Lipper señala que el 26,7% de los fondos de inversión de renta variable batieron al ‘benchmark’ en 2011. A tres años vista, el porcentaje se eleva hasta el 40%, si bien a 10 años se sitúa en el 34,9%. En el caso de los fondos de renta fija, sólo el 23,7% lograron batir al índice de referencia en 2011, el 45,4% en tres años y el 16,2% a diez años.

En función de cuál sea la región, hay variaciones considerables en el número de fondos que lo hicieron mejor. Así, por ejemplo, los fondos que invierten en Bolsa europea y del Reino Unido se han comportado mejor que los de renta variable global. Por el contrario, los fondos que invierten en el mercado norteamericano han tenido un menor número de gestores que hayan sido capaces de batir de una manera constante a sus índices de referencia en comparación con cualquier otra categoría.

Lipper estima que, en conjunto, el mercado de fondos de renta variable en Europa es de aproximadamente 1,5 billones de dólares, mientras que los ETF y fondos indexados alcanza el 17% del total de esta clase de activos. En lo que respecta a la renta fija, los fondos que consiguen un mejor comportamiento son los invertidos en el mercado emergente global, donde el 23,1% baten al mercado.

Encontrar el tiempo y la información para seleccionar aquellos fondos en Europa que logren generar alfa se hace muy difícil por la gran cantidad de productos que existen, actualmente en torno a 35.000. El volumen de negocio de los fondos es también muy significativo, ya que a lo largo de los últimos diez años se constituyen aproximadamente unos 3.400 productos cada año y se cierran alrededor de 2.400. En términos generales, en Europa cuatro de cada diez fondos baten al mercado. El reto para el inversor minorista es tener la destreza, el tiempo y la información necesaria para seleccionar los fondos adecuados.

La investigación de Morningstar analizó más de 1.300 fondos de renta variable global distribuidos en Europa con al menos diez años de historia. El estudio demostró que sólo el 6,8% de estos fondos habían sido capaces de batir al MSCI World. Algo muy similar ocurre con los fondos que tienen como referencia a los índices S&P, en los que se demostró que durante un periodo de cinco años muchos de los gestores tanto de acciones como de bonos no conseguían superar a sus índices en la mayoría de las categorías. En 2011, el 81% de los gestores de fondos que apuestan por compañías de gran capitalización arrojaron rentabilidades por debajo del S&P 500. Los resultados no difieren excesivamente si se modifica el horizonte temporal o la clase de activo.

El desafío de encontrar gestores que recurrentemente consigan batir al mercado -tomando como referencia el S&P 500- y sean capaces de generar alfa a través de un proceso de selección de valores individualizada no ha cambiado mucho en los últimos cuarenta años. Numerosos estudios han demostrado que para los profesionales de la gestión resulta muy difícil batir de manera constante al mercado. Es más: el coste anual asociado a la inversión en fondos de gestión activa es significativamente mayor que hacerlo en un fondo indexado para seguir a su referente.

En este punto cabe destacar que estos altos costes son otro factor importante que ha contribuido a acelerar el trasvase hacia este tipo de productos. Desde el estallido de la crisis financiera, los inversores se han vuelto más conscientes del impacto que estos gastos pueden tener en la rentabilidad que ofrecen los fondos de gestión activa. En este sentido, un fondo de gestión activa que ofrece retornos por debajo del índice de referencia antes de ser deducidos los típicos gastos anuales del orden del 1,5% que suelen traer aparejados este tipo de productos se antoja una estrategia errónea. Un fondo indexado puede que no tenga potencial para batir al mercado, pero al menos sabes que obtendrás la evolución del índice menos las comisiones y sin tracking error, que debería ser muy pequeño, típicamente menos que 0,5 puntos porcentuales para un fondo indexado al S&P 500.

A lo largo de los últimos años hemos visto crecimientos en el uso de la inversión en indexados tanto por parte de los minoristas como los institucionales a través de futuros, productos estructurados, notas vinculadas a la bolsa, fondos indexados y ETF. Los inversores necesitan ser diligentes a la hora de llevar a cabo una exposición al índice seleccionado. Los futuros tienden a cubrir menos del 80% del benchmark. Además, muchos inversores no están autorizados a utilizar este tipo de productos, en tanto que otros tienen restringido su uso o incluso prefieren no hacerlo.

Los productos estructurados y las notas vinculadas a la bolsa son vehículos de inversión que fueron creados por las entidades financieras y los brokers a su medida. Por lo general, requieren una inversión inicial de entre 20 y 100 millones de dólares, dependiendo del índice. Asimismo, los fondos de gestión activa que invierten en un índice sólo suelen existir en mercados muy conocidos, mientras que los ETF cubren una variedad cada vez mayor de índices y tipos de activos. En este sentido, estos productos ofrecen una serie de ventajas con respecto a las alternativas anteriormente mencionadas: liquidez, diversificación, bajo coste, cotizan en bolsa y en tiempo real, no requieren inversión mínima y, además, dan acceso a una amplia gama de índices y clases de activos de todo el mundo.

A finales del pasado mes de febrero, la industria de ETF europea tenía 1.270 ETF con 4.485 listados, activos bajo gestión de más de 300.000 millones de dólares de 37 proveedores listados en 21 mercados, de acuerdo con los datos de ETF Global Insight. Por número de fondos cotizados en Europa, los ETF sintéticos (801 productos) comprendían el 63% del total, si bien el 61% del volumen de los activos está en los de réplica física (184.000 millones de dólares).

Deborah Fuhr es socia de ETF Global Insight, firma de asesoría y análisis independiente que acaba de fundar destinada a la prestación de servicios a la industria mundial de ETF.