Ahora que todo se mide en medallas (por la reciente celebración de los Juegos Olímpicos), ING Investment Management cree que el presidente del BCE, Mario Draghi, es merecedor de un metal por la confianza que ha introducido en los mercados en las últimas semanas. Lo consiguió, a su juicio, en la última rueda de prensa al dejar abierta la puerta a un aumento sustancial del tamaño del balance de la institución destinado a relajar la política monetaria, a reducir las primas de riesgo y a actuar como prestamista en última instancia para los soberanos.
"Y aunque la confianza por sí sola no es suficiente para que haya una recuperación moderada de la economía mundial", dice ING IM, "sin ella no puede haber crecimiento". En todo caso, la gestora es consciente de que Draghi no ha ganado la guerra para salvar al euro, sino sólo una "pequeña batalla", la de la confianza.
Lo que vaya a suceder a partir de ahora ya no depende sólo del presidente del BCE sino especialmente "de la evolución política, que puede ser volátil o impredecible". Por eso, ING IM califica este periodo como "entreguerras", en el que Draghi ya ha diseñado sus posibles políticas futuras, pero los inversores están a la espera de las medidas detalladas y de acción.