Dos grandes lecciones para los inversores del Nobel de Economía 2017

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La Academia Sueca ha otorgado el Premio Nobel de Economía 2017 al economista e investigador Richard Thaler, por su contribución a través de una vida de análisis de la economía conductual, también conocida como Behavioural Finance. La teoría de mayor repercusión social de Thaler se conoce como “Teoría del Empujón”, e indaga en los mecanismos detrás de la toma de decisiones – no siempre racionales- de los inversores, tal y como detalla la académica Teresa Corzo en este artículo.

Después de conocerse el fallo del Nobel, han sido numerosas las gestoras de inversión que han declarado públicamente tener a Thaler y sus investigaciones como referentes en sus propios procesos de inversión, incluyendo a Capital Group. Wesley Phoa, gestor de renta fija de la entidad, ha elaborado un pequeño resumen con las lecciones más significativas que han dejado las investigaciones de Richard Thaler para los inversores. “Sus aportaciones sobre los sesgos de los inversores y las ineficiencias del mercado tienen importantes implicaciones para la gestión de inversiones y la planificación para la jubilación”, asegura Phoa.

Thaler abrió en en 1985 la puerta a todo un nuevo campo de investigación gracias a su famoso artículo “Does the Stock Market Overreact?”, en el que describía junto con el también investigador Werner de Bondt el mecanismo de sobre reacción de los inversores en el mercado ante noticias inesperadas y/o dramáticas, tal y como detalla Teresa Corzo. Estudios posteriores de Thaler y otros investigadores han contribuido a detectar y describir hasta 15 tipos de sesgos conductuales que ayudan a entender la psicología del inversor (leer más).

No obstante, ya existen referencias a la conducta irracional de los inversores desde la década de 1930, pues fueron objeto de estudio por el economista John Maynard Keynes y por el famoso inversor – y mentor de Warren Buffett- Benjamin Graham. La propia Capital Group ha contribuido a las investigaciones en este campo a través de la Cátedra Robert Kirby.

Sobre el ya citado artículo de 1985, Phoa comenta que “ya se sabía desde hacía mucho tiempo que la gente tiende a asignar mucha importancia a la información más reciente, lo que también se conoce como sesgo de actualidad”. Para el gestor, lo que demostraron Thaler y De Bondt en este artículo es que esta tendencia podría afectar al comportamiento del mercado de tres maneras que describe a continuación: “Los movimientos extremos de las cotizaciones tienden a ser seguidos de movimientos de precios en la dirección contraria; este efecto tiene un impacto mucho mayor sobre los perdedores que sobre los ganadores; este efecto ha ocurrido sobre todo en el segundo y tercer año que han seguido al movimiento de precios inicial”.

El gestor de Capital Group cita otras investigaciones posteriores que han ayudado a refiniar los hallazgos del flamante Nobel de economía. Pone como ejemplo el paper publicado por Andrei Shleifer en 1998, en el que demostraba que las cotizaciones de las acciones tendían a sobre reaccionar en horizontes de inversión de tres a cinco años, especialmente a patrones informativos coherentes, como por ejemplo a la publicación de resultados.

Lecciones clave

A continuación, Phoa detalla las lecciones más importantes que pueden tomar los inversores de las investigaciones de Thaler, y aplicarlas a sus propias carteras. La primera de ellas, que tener un horizonte de inversión largo es importante: “Los inversores que se centran en el corto plazo pueden perderse estas oportunidades”, afirma el gestor.

En segundo lugar, el experto recuerda que “las acciones no siempre reaccionan de la misma manera a las noticias”. Es decir, que algunas acciones pueden presentar una reacción superior a la media y otras, ni siquiera reaccionar. “Se necesita experiencia en el análisis y la investigación para poder predecir cómo pueden reaccionar. Es improbable que un acercamiento mecánico – como un algoritmo que no incluya el criterio humano o una norma basada sólo en retornos pasados- pueda llevar a los mejores resultados”, afirma Phoa.

La conclusión a la que llega el gestor es más bien un recordatorio: “El mercado de renta variable no es eficiente, pero de hecho esta ineficiencia puede ser explotada para su propio beneficio por los gestores con horizontes de inversión de más largo plazo”.