¿Dónde invertimos en 2013?

2012 ha sido un ejercicio, especialmente en su primera mitad, donde los flujos de inversión se han dirigido en gran medida hacia “activos refugio” como el Bund alemán, primando claramente la seguridad sobre la rentabilidad. Ahora bien, un inversor que en la actualidad invierta en renta fija alemana debe ser consciente de la rentabilidad real negativa que obtendrá en su inversión. Como la teoría indica, una mayor rentabilidad vendrá asociada a una mayor asunción de riesgo. En ello radica la base de nuestra inversión en 2013, en la búsqueda de “yield” o rentabilidad, con un escenario central de progresiva moderación del riesgo soberano.

Así, nuestro escenario base pasa por que España solicite la asistencia financiera y el BCE inicie la compra de deuda (programa OMT), devolviendo nuestros costes de financiación a niveles más razonables. El apoyo del BCE ha reducido en gran medida el riesgo sistémico de ruptura del Euro, y entendemos que las compras, una vez se materialicen, permitirán TIRes y diferenciales aún inferiores. Como principales incógnitas, el “timing” de la solicitud de asistencia, su condicionalidad y el impacto en los costes de financiación (¿hasta dónde reducirá el diferencial de deuda el BCE?).

Este escenario de menor riesgo soberano vendrá acompañado de una cierta aceleración del crecimiento global en 2013, aunque con elevada divergencia entre zonas geográficas: impulsado por Emergentes (mejor situación de partida y mayor margen de actuación fiscal y monetaria) y Estados Unidos (asumiendo acuerdo sobre el “fiscal cliff”) y con la Eurozona abandonando la recesión de 2012 pero presentando un nimio crecimiento en 2013 (lastrada por la necesidad de continuar con el desapalancamiento del Sector Público, entidades financieras y familias). En España continuará el ajuste y el país se mantendrá en clara recesión ante el deterioro de la demanda interna.

Si sumamos a este contexto una inflación controlada al no existir presiones de demanda, está claro que los bancos centrales podrán seguir apoyando el crecimiento económico y la estabilidad financiera. En el caso concreto del BCE, implementando las compras de deuda cuando los gobiernos hagan efectivas sus solicitudes de asistencia y con margen de bajada de tipos adicional hasta 0,25-0,50% desde 0,75% actual, ante el deterioro de la actividad económica que se contagia también al núcleo duro de la Eurozona.

En el contexto descrito, creemos que 2013 será un año favorable para la Renta Variable, aún cuando somos conscientes de que tendremos episodios de volatilidad en función de los avances que se realicen a nivel político e institucional en la resolución de la crisis de deuda europea. Nuestro objetivo de Ibex en el escenario base se sitúa en 8.600 puntos, aunque el rango de fluctuación podría ser amplio, dando oportunidades de entrada y de toma de beneficios a lo largo del año en función de la evolución de la prima de riesgo. Consultar Estrategia Renta 4 para 2013.

En cuanto a la inversión en Renta Fija, y en concreto en deuda pública, evitaríamos la denominada “segura” (de economías “core”) porque los tipos de interés son demasiado bajos (Alemania, Estados Unidos, Inglaterra), a la vez que apreciamos valor en la deuda pública de países periféricos (España), aprovechando momentos de tensión en riesgo soberano para tomar posiciones, y bajo la premisa de que se confirme la solicitud de asistencia financiera. Asimismo, vemos oportunidades en renta fija de emergentes en divisa local: países poco endeudados, con crecimiento económico y margen para aplicar nuevos estímulos económicos –fiscales y monetarios- y con posible apreciación de divisas. En Deuda corporativa, podrían producirse oportunidades de inversión en países periféricos en caso de tensionamiento adicional de la prima de riesgo, y ante la expectativa de reducción de “spreads” cuando se confirme el rescate al soberano.

En divisas, nuestro escenario base pasa por una depreciación del Euro frente al Dólar, aunque limitada ante la falta de interés de Alemania por tener una divisa depreciada. A favor del Dólar: crecimiento de Estados Unidos superior al +2% frente a un crecimiento cuasi nulo en la Eurozona, solución al “fiscal cliff”, persistencia de la crisis de deuda europea (aún cuando mejore, la solución definitiva no llegará en el corto plazo), y con atención a posible volatilidad en torno a Francia e Italia.