Descifrando el último mensaje de la Reserva Federal

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Haciendo buenos los pronósticos, la Fed decidió mantener inalterados los tipos de interés en su reunión de septiembre. Aunque la comunicación de la Fed en los días previos a la reunión sugería cierta división entre los miembros del FOMC en cuanto a la fecha del próximo movimiento, el ligero deterioro de los datos durante las últimas semanas reforzó las expectativas de mantenimiento de los tipos en septiembre. Entre los datos que han decepcionado recientemente, el más preocupante ha sido la caída de los índices ISM manufacturero y no manufacturero en agosto, lo que apunta a una posible desaceleración del crecimiento estadounidense durante los próximos meses. Además, varias estadísticas relacionadas con el consumo, entre ellas las ventas minoristas, también han dado muestras de debilidad en las últimas fechas, lo que ha suscitado dudas sobre la capacidad del consumo para seguir sosteniendo el crecimiento en el futuro. Además de unos datos ligeramente peores, las próximas elecciones presidenciales en EE.UU. deben de haber influido en la decisión de la Fed de no tocar la política monetaria por ahora.

Según Christophe Morel, economista jefe en Groupama AM, el problema es que Janet Yellen no ha sido muy convincente. "Las medidas de legibilidad muestran que la conferencia de prensa no fue de una gran claridad. No explicó verdaderamente por qué el comité no había subido los tipos de referencia cuando ella misma había reconocido que los indicadores económicos habían sido positivos. Su análisis del mercado laboral ya no es coherente porque ahora considera que todavía hay un margen significativo para la mejora mientras que en sus últimos discursos sugería que el retraso en el empleo se había acabado. No fue precisa en los factores que espera para subir tipos más tarde en el año si no es una 'continuación de la mejoría del empleo' y la 'no materialización de nuevos riesgos'. No ha justificado por qué el Brexit constituía un riesgo mayor que el de las elecciones americanas. Reconoció que podía haber un exceso de valoración en el sector inmobiliario comercial sin explicar por qué las condiciones monetarias actuales permitirían reducir los desequilibrios más de los que podían crear".

Eso no significa que la decisión de esperar acontecimientos haya sido sensata. De acuerdo con Anna Stupnytska, economista global de Fidelity, si no se produce un deterioro importante de los datos o grandes crisis externas, es probable que la subida de tipos se produzca en diciembre. Un hecho que sustenta su opinión es que tres miembros del FOMC expresaron un voto discordante, lo que refuerza esta tesis. Las condiciones financieras se han relajado durante el año debido en parte a la debilidad del dólar y al descenso de los tipos de los bonos, y actualmente se encuentran en niveles más expansivos que hace un año, lo que allana el camino a una subida en diciembre. Además, la decisión de subir o no los tipos este año se ha convertido ya en una cuestión de credibilidad para la Fed: los inversores se han sentido decepcionados con la confusa comunicación llevada a cabo por la autoridad monetaria en fechas recientes y con su aparente despreocupación ante las posibles consecuencias para la estabilidad financiera que se derivarían de mantener los tipos bajos durante tanto tiempo. Una subida claramente telegrafiada en diciembre serviría para apaciguar en parte estas inquietudes”.

Según Mitul Patel, responsable de tipos de interés de Henderson, la Fed espera subir los tipos una vez este año, dos veces en 2017 y tres veces en 2018, con la expectativa más a largo plazo de situar los tipos cerca del 3%. Es probable que la institución siga dependiendo de los datos económicos y, si éstos siguen estabilizándose, que lleve a cabo una subida en diciembre. Sin embargo, con los riesgos políticos que suponen las elecciones y con una economía todavía relativamente frágil, la Fed mantendrá una postura prudente y no subirá los tipos a menos que el motivo para hacerlo sea convincente”. La decisión de mantenerlos en septiembre no ha sorprendido a nadie. Solo un porcentaje pequeño del mercado anticipaba una subida, lo que significa que la gran mayoría se decantaba por la no acción, como así ha sucedido. “Con lo que el mercado se va a quedar es con el gran desacuerdo que existe entre sus miembros, lo que indica que la economía sigue fortaleciéndose de forma gradual, pero también su falta de confianza en ella. Estas dudas son malas noticias”, apunta Pascal Gilbert, especialista en renta fija de La Française AM.

Para Keith Wade, economista jefe de Schroders, la mejora de la actividad y la subida continuada de la inflación debería encaminar a la Fed a aplicar una subida de tipos de interés de 25 puntos básicos en diciembre, aunque esto podría verse afectado por las elecciones presidenciales del 8 de noviembre, o incluso por el referéndum en Italia más avanzado dicho mes. Jack McIntyre, gestor de carteras en Brandywine Global, filial de Legg Mason, tiene claro que la subida llegará antes de que finalice el año. “Los miembros del FOMC partidarios de un ajuste de la política monetaria se están imponiendo, y están sentando las bases para una subida de tipos en diciembre. El mercado refleja una probabilidad de algo más del 50% de que la Fed suba tipos a finales de año. Si la Fed no actúa entonces, habría que plantearse si la institución se encuentra en un ciclo de ajuste o no”, señala.

Ignacio Díez, gestor de renta fija de Credit Suisse Gestión, considera que el cambio en la orientación de la política monetaria de la Fed es más que necesario para evitar un sobrecalentamiento de la economía americana, especialmente en el sector inmobiliario, que vuelve a estar en máximos históricos. "La normalización de la curva de tipos de interés es fundamental para crear un clima de confianza en los mercados, intervenidos por los bancos centrales en los últimos años, y hasta sana para la estabilidad de su sistema financiero", asevera. Otros, en cambio, no tienen tan claro que esta normalización vaya a tener su continuidad el último mes del año. Para Christian Hantel, gestor de carteras senior en Vontobel, la autoridad monetaria mantendrá su postura de ser muy dependiente de los datos económicos antes de tomar una decisión. "Aunque resulta realista pensar que podríamos ver una subida en diciembre, es igualmente impredecible, lo que llevará al mercado a estar muy pendiente de la evolución de la situación en los próximos meses", concluye.