Decálogo para reforzar el ahorro privado a largo plazo

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·júbilo·haku·, Flickr, creative commons

Es hora de cambiar el chip en materia de inversión. Según Miguel Ángel Bernal, coordinador del Departamento de Investigación del IEB, el ahorrador español medio reúne una actitud poco adecuada a la hora de afrontarla: tener un horizonte temporal cortoplacista.

Además, cree que tiende a buscar la máxima seguridad para sus inversiones no acorde con sus objetivo de ahorro. Un escenario extraordinariamente complejo, sobre todo, para los inversores conservadores. “Es complicado encontrar rentabilidad atractiva en los depósitos bancarios. El ahorrador tendrá que sacrificar la certeza de los rendimientos a corto plazo por un potencial mayor de rentabilidad a largo plazo”, señala Sergio Miguez, director del Programa Directivo CAIA del IEB. Es más, Bernal considera que hay riesgos en ciertos depósitos asociados a compañías de internet en España que no están reguladas, fuera de lo que son entidades bancarias tradicionales.

A todo ello hay que juntar la intervención directa de los bancos centrales que ha apreciado el precio de los bonos y las acciones, lo que ha provocado una caída en la rentabilidad de la renta fija. Un terreno reservado ya casi para emisores, recuerda Miguez, que ha llevado a que los clientes realicen una intensa búsqueda de rentabilidad, que lleva a una paulatina caída en el grado de aversión al riesgo (vuelve a repetirse así el peligroso efecto retrovisor).

“El actual entorno también puede contribuir a una incipiente formación de burbujas en determinados mercados (o segmentos del mercado), como sería la propia deuda soberana. La inflación en los precios de ciertos activos, unida a un incremento en los niveles de deuda, puede acabar desembocando en otra crisis de mercado”, explica Míguez. “No pienso que vaya a estallar una burbuja, pero no es racional pagar TIR negativas”

No hay más opción que la de reforzar el ahorro privado

Ese cortoplacismo en la inversión y el predominio de depósitos y activos inmobiliarios han supuesto las principales trabas para que los clientes españoles lograran la mejor rentabilidad para sus ahorros. “Dado el alto nivel de endeudamiento del país, los cambios en la pirámide demográfica y las dificultades en el mercado laboral, no hay más opción que la de reforzar el ahorro privado”, contextualizan.

Las claves para una óptima estrategia de ahorro a largo plazo, recomienda Bernal, pasan por una planificación que comience lo antes posible, tener en cuenta la capacidad de generación de rentas, contar con la ayuda de un asesor financiero y exigir la mayor información y transparencia.

Desde su punto de vista, el ahorrador tendrá que ajustar su inversión en base a los plazos y el riesgo, de ahí que la diversificación -activos, mercados y zonas geográficas- resulte fundamental. “La seguridad se llama diversificación”, recalca Bernal. Asimismo, deberá mantener una liquidez de emergencia, ser disciplinado revisar y ajustar dinámicamente su cartera, reducir los activos de riesgo con el transcurso del tiempo, realizar aportaciones periódicas y considerar el impacto de la inflación, destaca Miguez.

El último paso, también muy importante, es seleccionar el vehículo adecuado. En este sentido, subrayan las bondades de los fondos de inversión, que posibilitan la inversión en una cartera diversificada de activos, con una favorable tributación al permitir el traspaso sin impacto fiscal.

Fuente: Observatorio IEB - Inversión