De la información y el ruido

Lamentablemente, la información y el ruido vienen tan entrelazados que en ocasiones es difícil separarlos creándose turbulencias de corto plazo en los precios que tienden a afectar a los inversionistas más desinformados.

Los eventos asociados a la salud del presidente Chávez, sucedidos a lo largo de los últimos veinte meses son un gran ejemplo de cómo el ruido y la información se mezclan y de los peligros de extrapolar la lectura de un evento sucedido en un contexto para predecir lo que sucederá en otro.

La salud del presidente Chávez generó una enorme cantidad de insumos para que los digirieran los mercados financieros. Cuando la noticia de su enfermedad se hizo pública, se inició un rally de precios de la deuda venezolana denominada en dólares bajo la expectativa de posibles cambios de política económica potenciados por una elección presidencial.

Una vez ganada las elecciones presidenciales del pasado octubre, la corrección de precios fue leve y de corta duración y el foco de atención se centró en como la nueva administración Chávez se enfrentaría al déficit fiscal heredado de la vieja administración Chávez.

En el primer trimestre del 2013, la transición política venezolana se da dentro de un contexto económico internacional en el cual los precios de los bonos basura, categoría a la cual pertenece la deuda venezolana, alcanzaron máximos históricos, por no decir histéricos.

La muerte del presidente Chávez sucede en la misma semana en que The Financial Times publica una historia que refleja muy bien el sentir de un importante segmento de inversionistas institucionales en la deuda basura. Según esta fuente las posiciones cortas contra los ETFs de iShares iBoxx $ High Yield Corporate Bond Fund (HYG) y the SPDR Barclays Capital High Yield Bond ETF (JNK), los portafolios de oferta pública más importantes en el grupo de alto rendimiento, alcanzaron su máximo de cinco años, calculándose apuestas a la caída de precios de estos papeles que oscilan entre 8%-10% de las capitalizaciones de estos portafolios.

Una vez conocida la noticia de la muerte del presidente Chávez, la prima de riesgo para cubrirse contra la insolvencia de la deuda de la República Bolivariana de Venezuela a 5 años (CDS 5 años), subió de 640 puntos básicos al cierre del martes a 683 puntos a mediodía del viernes 8 (momento en que se escribe esta columna). El CDS a 5 años de la deuda de PDVSA para el mismo lapso, subió de 844 a 880. El retorno de los bonos denominados en dólares de los entes antes mencionados, subió entre 80 y 100 puntos básicos, cayendo en consecuencia los precios de los papeles entre 3% y 5%.

Mucha gente podría preguntarse: ¿por qué los precios de los bonos venezolanos cayeron una vez conocida la noticia del fallecimiento del Presidente en lugar de subir como había sucedido en el pasado cuando se conocieron noticias adversas sobre su salud y no tan dramáticas como su muerte?

Los eventos se dan en contextos que son los que le dan su significado último. En ocasiones anteriores, las noticias se daban dentro de un rally de precios de toda la deuda basura a nivel mundial y bajo expectativas de posibles cambios, producto de unas elecciones que prometían cambios de política económica. La muerte se produce, en lo que puede ser una pausa importante o el final del rally de los bonos basura, y conociendo además ya parte de los ajustes para cubrir el déficit fiscal venezolano que lucen insuficientes.

¿Qué información adicional reveló el lamentable fallecimiento del Presidente Chávez? ¿No esperábamos todos elecciones en los próximos meses? ¿No conocíamos todos el esquema de sucesión del corto plazo? ¿No conocemos todos los nombres de los candidatos de las próximas elecciones?

Sin embargo, hay preguntas que siguen pendientes, pero ahora sabemos que tendrán respuestas en un futuro próximo y son las asociadas al esquema económico que implantará en menos de tres meses la nueva administración, incluyendo el tratamiento del déficit fiscal. El resto es ruido.