Con el incremento de las acciones, es necesario mantener cierta cautela

Como se difundió ampliamente, el Dow Jones Industrial Average alcanzó un máximo histórico la semana pasada cerrando en 14.397, lo que representa un alza del 2,2% durante la semana. Otros índices tuvieron alzas similares: el índice S&P 500 aumentó un 2,2% para cerrar en 1.551 (una cifra que sigue siendo menor que el nivel récord de 1.565) y el Nasdaq Composite subió un 2,4% para cerrar en 3.244. En los mercados de renta fija, el rendimiento de referencia de las letras del Tesoro de los EE.UU. a 10 años aumentó de 1,84% a 2,06% (mientras que el precio, por consiguiente, bajó).

Además de las mejoras en los datos económicos, las acciones también se han visto beneficiadas con las mejoras en la percepción de los inversionistas. La semana pasada, continuaron los flujos hacia los fondos de renta variable por decimoquinta semana consecutiva. Cabe destacar que no parece que estos flujos se estén produciendo en detrimento de los fondos de bonos (que continúan recibiendo flujos), sino más bien de las tenencias en efectivo. Si bien ha disminuido el ritmo de los flujos hacia las acciones en las últimas semanas, todo indica que muchos inversionistas, finalmente, están invirtiendo parte de su dinero y participando en el mercado. En nuestra opinión, esta tendencia tiene el potencial de continuar, lo que podría ayudar a que las acciones sigan registrando alzas.

El crecimiento del empleo confirma la continua recuperación de los EE.UU.

El aspecto económico más destacado de la semana pasada fue el informe laboral de febrero, que mostró que se crearon 236.000 nuevos empleos en el país el mes pasado, un alza que ayudó a disminuir la tasa de desempleo a un 7,7%, la tasa más baja desde el

2008. La conclusión es que el informe del mercado laboral ratificó que la economía estadounidense sigue mejorando y está demostrando una sorprendente resistencia ante los impuestos más altos.

Para quienes especulan a la baja, hubo ciertos datos relacionados con el informe que podrían atenuar el entusiasmo. En primer lugar, el informe mostró una revisión negativa significativa de las cifras del crecimiento laboral de enero. En segundo lugar, las ganancias por hora permanecen relativamente estancadas, con un crecimiento apenas por encima del 2%, que solo las mantiene al ritmo de la inflación. Esto sugiere que, si bien se están creando nuevos empleos, no se están creando lo suficientemente rápido como para impulsar el aumento de los salarios. Además (y quizás lo que es más importante aún), la tasa de participación de la mano de obra, la cual mide qué porcentaje de la fuerza laboral potencial de una economía se encuentra trabajando o buscando trabajo de forma activa, cayó a un 63,5 , el nivel más bajo desde agosto del 2012. Aunque es poco probable que este factor por sí solo genere problemas a corto plazo, una caída en la tasa de participación tiene el potencial de disminuir la tasa de crecimiento de la economía en general.