Como obtener rentas sin asumir más riesgo: el caso de la renta fija asiática

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Foto cedida

En un momento en el que tres cuartas partes del universo global de deuda presentan unos rendimientos iguales o inferiores al 2%, sigue existiendo un nicho que ofrece rentabilidad sin incrementar el riesgo asumido. Es un activo que se ha mantenido en un segundo plano frente a la renta variable de la misma región: la renta fija asiática.

“En años como 2015, es bueno mirar la rentabilidad que se ha generado por sectores. En contra de lo que estimaba el consenso, se observa que la renta fija asiática (salvo la denominada en divisa local) consiguió batir al resto de clases de activos”, explica Adeline Ng, responsable de renta fija asiática de BNP Paribas IP. De hecho, esta clase de activo ha generado retornos positivos todos los años desde el 2000, salvo en 2008 y en 2013. 

La experta insiste en la necesidad de mirar sin complejos hacia esta clase de deuda y distinguirla frente a la renta fija emergente global. Pone otro ejemplo: frente al desplome de las bolsas chinas, la deuda china denominada en divisa fuerte ha sido capaz de generar rendimientos atractivos. De hecho, la deuda high yield del sector inmobiliario generó un rendimiento del 15% el año pasado, retorno con el que Ng considera que los riesgos asumidos están sobradamente justificados. 

Desde la firma han constatado un incremento del interés de los inversores institucionales europeos en los últimos dos años por la renta fija asiática, que justifican por la necesidad de obtener rentabilidad en un entorno de tipos bajos y por las bondades de la clase de activo: “Pensamos que la renta fija asiática puede aportar diversificación: los bonos presentan una duración media inferior (entre cuatro y cinco años) y un rating medio con grado de inversión, como la deuda de países desarrollados, pero ofreciendo una rentabilidad extra”, indica la representante de BNP Paribas IP.

Ésta añade otras dos cualidades. La primera, que la deuda con grado de inversión en Asia no ha registrado impagos entre 1990 y 2014, y que el riesgo de impago en el high yield es inferior a la media del mundo emergente. A esto suma la calidad superior del crédito: la deuda con grado de inversión supone un 80% del universo de deuda asiática. “Los inversores europeos tienen una cartera de renta fija muy centrada en Europa. Sin embargo, los rating de algunos países europeos se han degradado en los últimos años, mientras que han mejorado en varios países de Asia”, comenta la experta. La segunda cualidad tiene que ver con los niveles de volatilidad, que también son similares a los de la deuda soberana emitida por países desarrollados. Ng prevé que los niveles de volatilidad que se registren este año se parezcan a los de 2015. 

La responsable ofrece asimismo una previsión sobre las rentabilidades medias que se pueden esperar en 2016: un inversor que apueste por deuda soberana asiática denominada en dólares puede obtener un retorno del 6,5% anualizado con una volatilidad anualizada del 6,7%. Quien prefiera deuda corporativa asiática con grado de inversión, puede aspirar a un rendimiento del 6% anualizado con una volatilidad anualizada del 5,9%. Finalmente, los inversores que opten por high yield asiático podrían esperar un retorno anualizado del 8,7% con una volatilidad anualizada del 10,3%. 

Soporte macro

La responsable considera, además, que el entorno macro actual ofrece factores de apoyo: “La historia muestra que el ciclo de subidas de tipos de interés en EE.UU. suele ser favorable para la renta fija emergente, y además en este ciclo la Reserva Federal va a ser más lenta y cuidadosa”. De hecho, la divergencia monetaria es uno de los grandes temas macro en los que se va a centrar el equipo de renta fija asiática de BNP Paribas IP este año. “Mientras que el ciclo de subida de tipos de la Fed siga sobre la mesa, habrá factores que apoyen al dólar, especialmente si los bancos centrales de Asia aplican una política acomodaticia”, explica la responsable. 

El equipo está monitorizando asimismo varios factores posibles de riesgo y que podrían afectar a la cartera. Ng se refiere específicamente a cinco: que la Fed siga subiendo los tipos y se produzca un repunte abrupto de la rentabilidad de la deuda estadounidense; que se produzca una subida inesperada del precio del petróleo que traiga consigo un incremento de las presiones inflacionarias, limitando el margen de respuesta de los bancos centrales; que China protagonice un hard landing o en general que se ralentice fuertemente el crecimiento del continente asiático: que varios países se vean implicados en una guerra de divisas; y que, debido a las difíciles condiciones del mercado, se produzca un vuelo hacia activos de calidad que afecte al sentimiento de los inversores. 

La propuesta de BNP Paribas IP para invertir en este segmento es el Parvest Bond Asia ex Japan. Es un fondo que ha sido capaz de generar un retorno anualizado del 8,2% desde su lanzamiento en 1998 y que ha generado rentabilidades superiores a la media en once de los catorce años que Adeline Ng lleva siendo responsable del área de renta fija asiática. Ésta señala sobre el posicionamiento para 2016 su preferencia por la deuda asiática denominada en divisa fuerte, por brindar adicionalmente oportunidades de generar retornos mediante el carry. “Vemos atractivo por la compresión del diferencial y por el cupón en la renta fija asiática”, resume. Ng añade que el diferencial de crédito se sitúa actualmente en el 2,7%, por encima de la media a largo plazo, y que actualmente “ofrece un buen punto de entrada”. 

La duración actual de la cartera se sitúa en cuatro años, frente a los 5,2 años del índice de referencia. La responsable enfatiza que realizará una gestión muy activa de la duración a lo largo de este año. También quiere ser muy activa en la selección de bonos: el producto tiene libertad para invertir fuera del índice de referencia siempre que el tracking error no supere los 410 puntos básicos. Ng y su equipo tienen capacidad para invertir en bonos que no cuenten con un rating oficial gracias al sistema de rating elaborado internamente desde 2002, que utilizan para determinar los fundamentales de las compañías que les interesan. “Como gestora, buscamos posicionarnos antes que las agencias de rating”, concluye la experta.