Cómo combatir a la gestión pasiva: así lo hacen las gestoras activas en Estados Unidos

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pj_vanf, Flickr, Creative Commons

En Estados Unidos, aproximadamente el 38% de los activos en manos de la industria de gestión de activos está en productos de gestión pasiva, un porcentaje que aumenta año tras año. La presión que están ejerciendo tanto los ETF como los fondos indexados es enorme. Los datos publicados por Morningstar en su último informe de flujos son muy elocuentes. El año pasado, los fondos de gestión activa perdieron otros 204.000 millones de dólares. Decimos otros porque un año antes las salidas de dinero de estos productos fueron de 135.000 millones. Es decir: la tendencia se acelera. El dinero no se esfuma, sino que se va a las estrategias pasivas, productos que captaron 500.000 millones. Esto está haciendo que el inversor americano cada vez esté pagando menos por los productos. A cierre de 2016, el TER medio ponderado por activos era del 0,57%, frente al 0,65% de hace tres años.

En el actual entorno de bajas rentabilidades, los inversores americanos se han dado cuenta de la importancia del coste en la rentabilidad final generada por los productos y han decidido tomar medidas, vendiendo los fondos más caros y comprando aquellos más baratos. “En Estados Unidos los inversores se están saliendo de los fondos activos, sí, pero sobre todo de los fondos activos caros”, afirma Fernando Luque, editor en Morningstar. Esta tendencia, que se inició en 2014 cuando salieron 91.000 millones de dólares de estos productos, no ha hecho más que acelerarse año  tras año, y deja claro que simplemente estamos ante un problema de precio (ver gráfico 1: fuente Morningstar).

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Un producto de gestión activa es más caro que uno de gestión pasiva y ese mayor coste es lo que explica que muchas veces los primeros no batan a sus índices. Según un estudio realizado por la firma de análisis, el fracaso tiende a estar positivamente correlacionado con las comisiones. Dicho de otro modo: es más probable que los fondos de gestión activa de mayor coste registren peores rentabilidades que las estrategias pasivas. “Muchos fondos de gestión activa no baten a sus índices en buena parte por las comisiones que cobran. Todos somos conscientes de eso”, corrobora David Cienfuegos, director de Inversiones en Willis Towers Watson. La pregunta, por tanto, es qué están haciendo las gestoras activas para defenderse ante la importante huida de capitales hacia los productos de bajo coste. La respuesta es muy sencilla: bajar comisiones. Al menos eso es lo que está sucediendo en Estados Unidos, el mercado de fondos más grande del mundo.

A lo largo de los últimos años, las entidades están tratando de combatir el fenómeno de los ETF y los fondos indexados rebajando el precio de sus productos. En casi todas las categorías ocurre lo mismo. Los últimos datos de Morningstar disponibles –elaborados a cierre de 2016- muestran cómo el TER medio que pagan los inversores por sus productos ha bajado notablemente en Estados Unidos. Es el caso de las estrategias activas de renta variable americana, donde el coste se ha reducido en los últimos tres años en 6 puntos (al pasar del 0,83% al 0,77%). Esto se debe a dos factores: el primero, la huida de los inversores hacia los fondos de gestión activa más baratos y, el segundo, a la rebaja de comisiones aplicada por las gestoras (ver gráfico 2: fuente Morningstar).

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Existen algunos productos en EE.UU. que han optado por dar este paso. Russel Kinnel, director de Análisis de fondos de Morningstar, identifica algunos. “FMI Common Stock, por ejemplo, es un fondo que invierte en compañías de pequeña y mediana capitalización siguiendo criterios de value y calidad que redujo sus comisiones del 1,12% al 1,04%. También optaron por seguir la misma estrategia el Ariel Internacional (que las bajó del 1,25% al 1,13%) o el Allianz GI Technology, un producto muy apreciado por Morningstar pero del que la firma de análisis siempre se había quejado de su alto coste. “Finalmente, han empezado a hacer algo al respecto y han recortado sus comisiones del 1,31% al 1,17%. No es un fondo super barato, pero al menos su coste es más razonable”, afirma Kinnel. Son algunos ejemplos que evidencian cuál es el mecanismo de defensa por el que está optando la industria americana de gestión de activos para combatir a los pasivos.

Junto a la reducción de costes, las entidades están articulando mecanismos de defensa adicionales, como por ejemplo creando sus propias gamas de ETF. J.P.Morgan AM, Fidelity, Legg Mason o Franklin Templeton son algunas de las entidades que han creado equipos específicos y lanzado ya sus propios ETF. Por ahora, en la mayoría de los casos se trata de estrategias que incorporan elementos de la gestión activa que sirven para complementar la gama de productos ya existes que comercializan las firmas, aunque están ampliando cada vez más su oferta de producto y extendiendo estas nuevas capacidades más allá de las fronteras de EE.UU. J.P.Morgan AM, por ejemplo, llevará a Latinoamérica su plataforma de ETF, compuesta por doce productos, mientras que Fidelity acaba de anunciar el lanzamiento en Europa de dos ETF de smart beta con un enfoque en el reparto de dividendos.