¿Cómo de cerca estamos del abismo en el mercado de renta fija?

En los últimos meses hemos escuchado muchas advertencias sobre el mercado de bonos. La mayoría de ellas apuntan que la renta fija es una burbuja a punto de estallar. Pero no pasa nada. El inversor todavía está enamorado de los bonos. “Hemos comenzado a escuchar las advertencias del niño que gritó ‘que viene el lobo’. Los inversores, al igual que los habitantes de la fábula de Esopo, se han habituado a esos gritos. Los mercados de bonos permanecen complacientes y tranquilos ante los datos de inflación, y los recientes datos de inflación del Gobierno no han sido alarmantes, explica James Swanson, director de Estrategias de Inversión de MFS Investment Management.

En un artículo publicado en su blog, Swanson aconseja para el nuevo año al inversor ser precavido y estar atentos a la primera señal de inflación. En este sentido, el experto considera que la sobrecompra que registra el mercado de bonos puede durarar durante años, si bien algunos de los aspectos que podrían acabar en 2013 con la supremacía de los bonos ya se están produciendo. En concreto, cita dos: el crecimiento económico (principal catalizador) y avance de la inflación.

En lo que respecta al crecimiento económico, Swanson destaca que en Estados Unidos la recuperación de los precios de la vivienda y la menor oferta disponible están haciendo aumentar la demanda de nuevos proyectos de construcción, lo que significa creación de puestos de trabajo. “El aumento del empleo elevará el gasto”, afirma. Por otro lado, la simplificación de las condiciones monetarias en el extranjero y las tendencias favorables de las divisas están creando condiciones favorables para un mayor crecimiento económico del PIB mundial este año. 

El otro aspecto es la inflación. “En línea con esta aceleración del crecimiento económico a nivel mundial, estamos obligados a ver un repunte de la inflación, el gran nivelador del mercado de la renta fija. Los bonos, obviamente, se verán lastrados si se produce una aceleración de la inflación. Este patrón se ha repetido a lo largo de la historia”, afirma. De ser así, este repunte de los precios forzaría a las autoridades monetarias a subir los tipos de interés, lo que provocaría una significativa destrucción de capital para los inversores. “En teoría, la rentabilidad de los bonos debe reflejar varios aspectos: la tasa de crecimiento real, el riesgo de inflación actual y futura y una pequeña prima de liquidez”.

Buscando rendimiento

Los inversores buscarán una mayor rentabilidad, lo que con casi toda seguridad se encuentra en las clases de activos de más riesgo. “Las acciones, por ejemplo, suelen ofrecer mejores rendimientos históricos en las fases iniciales de creciente inflación. Las materias primas también podrían atraer a los inversores”, indica. Históricamente, las mayores salidas de capital del mercado de renta fija ha coincidido con ráfagas de inflación. “Si los mercados de bonos empiezan a ponerse en precio, el riesgo es que los grandes propietarios de la deuda pública de Estados Unidos, como el Banco Popular de China, la Fed, el Banco de Japón, los fondos de pensiones y los gestores activos quieran salir al mismo tiempo”, señala Swanson.