Carmignac Securité: los tres grandes cambios de posicionamiento realizados en la cartera

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Foto cedida

El Carmignac Securité es un fondo de renta fija europea de corto plazo que está encontrando una gran aceptación entre los inversores. El producto gestiona actualmente 15.500 millones de euros, de los que aproximadamente un tercio está en manos de inversores españoles. Gestionado por Keith Ney desde enero de 2013, se trata de una de las 14 estrategias que este año cuentan con sello Funds People, con la triple calificación: Favorito de los Analistas, Blockbuster y Consistentes. En los últimos meses, Ney ha realizado algunos cambios en la cartera que el gestor ha querido explicar a Funds People.

En primer lugar, tras haber dejado atrás el riesgo político en Francia y ante unas valoraciones que descuentan una trayectoria de subidas de tipos excesivamente acomodaticia, Ney ha restablecido las posiciones cortas en duración en bonos de países del núcleo europeo. “Pese a la relajación a corto plazo impulsada en gran medida por los acontecimientos políticos, como los heterogéneos resultados electorales para la canciller Angela Merkel o las tensiones sobre Corea del Norte, seguimos convencidos de que el perfil rentabilidad/riesgo de las posiciones cortas en el bund está orientado al alza”.

Ney explica las razones que le llevan a pensar así. Según indica, la recuperación interna de la eurozona se está tornando cada vez más generalizada y sostenible, la victoria de Macron en los comicios franceses ha brindado a la región un trasfondo político favorable para una mayor integración y el BCE se acerca al límite actual del 33% de compras por emisor en el caso de Alemania, lo que –a su entender- pone en tela de juicio la capacidad para continuar con su programa de relajación cuantitativa.

“Todos estos factores apuntan a un aumento de los rendimientos alemanes a medio plazo, lo que respalda la estructuración de nuestra cartera, concebida para beneficiarse de un contexto de tipos más altos en Europa. Por tanto, adoptamos una duración modificada general negativa en el fondo, que actualmente ronda los -0,6 años, sobre todo mediante posiciones cortas en deuda pública alemana, con una contribución a la duración modificada general de alrededor de -2,8”, revela el gestor.

En segundo lugar, Ney ha restablecido la exposición a la deuda pública periférica, sobre todo a la italiana, al considerar que se trata de uno de los pocos activos que se han revalorizado lo suficiente como para reflejar una prima de riesgo más razonable una vez finalizada la relajación cuantitativa. “De hecho, el estrechamiento de los diferenciales italianos frente a Alemania ha quedado notablemente rezagado respecto de la compresión de las primas de riesgo registrada en otras clases de activos europeos, incluso en la renta variable y los bonos bancarios subordinados del país transalpino”.

En su opinión, la ampliación del diferencial entre el bono italiano a diez años (BTP) y el bund alemán desde su mínimo del ciclo en marzo de 2015, en casi 90 puntos básicos, hasta los 170 aproximadamente que registra hoy resulta excesiva. “Aupado por preocupaciones políticas que consideramos pasajeras, este diferencial de amortiguación servirá para absorber el paso de las primas de riesgo a la era posterior a la relajación cuantitativa. Italia también se beneficiará de la recuperación cíclica generalizada de la eurozona y de la intensificación del dinamismo político para avanzar en el proceso de integración”, augura el gestor del fondo.

Finalmente, en los últimos trimestres, Ney y su equipo también han estado reduciendo el nivel de riesgo del componente de deuda corporativa mediante el aumento de la calificación media y la reducción del vencimiento medio. “Los diferenciales de la deuda corporativa son demasiado bajos habida cuenta de la escasa calidad de los balances de las empresas y la previsión de un contexto de liquidez menos boyante a escala mundial”, concluye el gestor de Carmignac.