Cara y cruz de la evolución del desempleo en Estados Unidos

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L'Hibou, Flickr, Creative Commons

La economía estadounidense creció en el cuarto trimestre de 2013 un 3,2% interanual, una cifra algo inferior a la del tercer trimestre (del 4,1%) pero que, no obstante, refuerza la confianza en la recuperación de la primera economía del mundo. La bonanza de estos datos ha llevado a muchos analistas a mejorar sus previsiones para 2014, entre ellos, a los economistas de Schroders Keith Wade (economista jefe), Azad Zangana (Europa) y Craig Botham (mercados emergentes): “Nosotros somos optimistas y estimamos un crecimiento del 3% para este año, pero el consenso también ha mejorado sus perspectivas y ya lo sitúa en el 2,8%”.

Además de un sólido crecimiento, la economía estadounidense también ha registrado una caída significativa de la tasa de desempleo, un indicador especialmente relevante porque la Reserva Federal estadounidense ha vinculado el futuro de la política monetaria y los tipos de interés a la evolución de este parámetro. Los últimos datos sitúan la tasa de desempleo en el 6,6% pero −y se trata de un pero importante− uno de los factores del declive ha sido la disminución de la población activa, una tendencia respaldada por factores demográficos.

“Un estudio reciente de los economistas de la Reserva Federal de Chicago concluye que casi la mitad de las caídas de la tasa de participación desde 1999 pueden atribuirse a tendencias demográficas, como la jubilación de los ‘baby boomers’, y se espera que esta tendencia se mantenga”. Los expertos de Schroders creen que estos factores estructurales pesarán más que la recuperación cíclica y que la población activa seguirá reduciéndose en 2014 y 2015.

En J.P. Morgan Asset Management están de acuerdo con el diagnóstico. “El mercado laboral se contrajo en 2013 más de lo que la Fed esperaba”, explica Anthony M. Wile, analista del equipo de Estrategia Global de Mercado de la firma estadounidense. “Aunque tan solo se crearon, de media, unos 180.000 nuevos empleos no agrícolas al mes, la tasa de desempleo se redujo en un significativo 1,2% como consecuencia de la menor tasa de participación de la fuerza laboral”.

Wile advierte de que, “de repetirse la caída en la tasa de participación registrada en 2013, el desempleo caería por debajo de las estimaciones de la Fed para 2014 y 2015 hasta alcanzar el nivel previsto actualmente para la tasa de desempleo a largo plazo. Y si la Fed yerra en sus proyecciones económicas, podría acabar aplicando una política monetaria equivocada que provoque volatilidad en los mercados financieros hacia final de año”. Dicho de otro modo, una caída del desempleo superior a lo esperado podría llevar a la Fed a acelerar la retirada de estímulos o empezar a subir los tipos de interés antes de lo previsto.

Aunque para J. P. Morgan AM, la caída de la tasa de desempleo es un factor claramente positivo para la economía a largo plazo, desde la gestora señalan que las implicaciones para los mercados financieros dependerán del nivel de desempleo estructural, que es aquel que tiende a provocar una aceleración de la tasa de inflación. “Un repunte de la inflación podría resultar positivo para el gasto y el consumo”, afirma Wile, “pero también podría aumentar considerablemente las expectativas sobre las subidas de tipos”.

Ante esta situación, el experto cree que “la Fed podría intentar calmar a los mercados manteniendo los tipos de interés bajos y tolerando una inflación más alta, pero una decisión así debilitaría su política de gestión de expectativas, o 'forward guidance', porque los inversores empezarían a exigir tipos nominales más altos para compensar el aumento de la inflación”.

En febrero, sin embargo, la tendencia a la baja se vio frenada, ya que la tasa de desempleo se ubicó en 6,7%, más de lo que esperaba el mercado, repuntando desde el 6,6% de enero.