Brasil: extraña encrucijada entre eficiencia y proteccionismo

El valor de lo escaso

Según Godfrey, para comprender la cultura corporativa brasileña hoy, es necesario recordar dónde estaba su economía hace veinticinco años. Durante la década de los ochenta y los primeros años de la de los noventa el país estaba dañado por tasas de inflación dramáticas, que llegaron a alcanzar el 2477% en el año 1993. Un cambio de gobierno en 1994 hizo que el nuevo partido en poder se hiciera cargo de los problemas económicos a través del lanzamiento del Plano Real. Las medidas de este plan incluyeron la creación de una nueva divisa, el real, y de una serie de políticas monetarias y fiscales con el objetivo de controlar la inflación. A diferencia de esfuerzos anteriores por estabilizar la economía, el Plano Real fue un éxito y sentó las bases para el periodo de fuerte crecimiento económico que ha seguido. Durante el periodo de hiper-inflación, las compañías brasileñas operaban en un entorno donde el capital no sólo era muy caro, sino escaso. Es, posiblemente, este periodo de escasez el que ha creado la eficiente cultura de capital que se puede encontrar en Brasil en la actualidad.

Aprovechando al máximo los recursos disponibles

Godfrey señala que la herramienta “zero-based budgeting” (ZBB), utilizada por Ambev de forma pionera en Brasil, asegura que cada directivo justifique anualmente los recursos entregados a su división asegurando que solo se asigna capital a los negocios más rentables. Otras compañías brasileñas siguieron la iniciativa de Ambev “dando al capital la importancia que se merece como recurso escaso, asignándolo solo a las mejores oportunidades de inversión y devolviendo lo que sobra a los accionistas”, señala Godfrey.

Equilibrio entre proteccionismo y eficiencia

Godfrey apunta al hecho contradictorio de la eficiencia de un mercado que sin embargo sigue siendo muy proteccionista. “Si bien el proteccionismo ayuda a incubar industrias en sus momentos iniciales, a la larga hace que estas industrias sean menos eficientes puesto que operan en mercados privados artificialmente de competencia”. Sin embargo, Godfrey apunta como las empresas brasileñas se comparan voluntariamente con sus pares internacionales para ser competitvos a largo plazo. “Por qué hacen esto?”, se pregunta Godfrey. “Aunque Brasil sigue siendo un país proteccionista, lo es menos que en pasado por lo que las empresas son conscientes de que estas medidas proteccionistas no durarán para siempre”.

Godfrey concluye que estas razones son las que han motivado su interés por el mercado brasileño desde que se lanzara el fondo M&G global Emerging Markets en febrero de 2009. “Al ser inversionistas fundamentales con un horizonte temporal a largo plazo es crucial encontrar compañías con buena disciplina de capital. Creemos que Brasil tiene algunas de las compañías mejor gestionadas del universo emergente”, concluye. 

Puede leer el artículo completo, en ingles, en este link.