Axesor confía en la oportunidad que supondrá el MARF para los gestores españoles

AdolfoEstevezAxesor
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La cuenta atrás para la creación del mercado alternativo de renta fija, o MARF, ya ha comenzado. Si no hay sorpresas inesperadas, las pequeñas y medianas empresas españolas podrán obtener un balón de oxígeno financiero antes del verano. Sus emisiones de deuda impulsarán el desarrollo del mercado de capitales en España, una eterna promesa que podría empezar a despegar si el acicate del colapso crediticio de las entidades financieras es más fuerte que la desconfianza de las empresas en la economía española. Esas emisiones supondrán también una oportunidad para que los inversores cualificados, como fondos de inversión o de pensiones, mejoren sus retornos.

Entre otras razones, porque las empresas que formarán parte de dicho mercado están más saneadas que las del mercado alternativo bursátil, según Adolfo Estévez, director de negocio de Axesor, la única agencia de rating española. “Las empresas que emitirán deuda en el MARF tienen un plan de negocio y están saneadas porque de otro modo no podrían emitir. Son más solventes que muchas entidades del MAB”. Según sus estimaciones, se trataría de empresas de tamaño mediano, con un volumen en ventas de en torno a 100 millones de euros, ebitdas positivos y capacidad en algunos casos de internacionalizar sus negocios.

La agencia ha tanteado cerca de 800 entidades no cotizadas que podrían emitir deuda en el futuro en el MARF y cree que podrían obtener ratings de entorno a BBB (en la parte baja de grado de inversión) y BB, en la parte de mayor calidad del universo high yield. Según sus cálculos, las tires oscilarán entre un 7% y un 10% con un plazo de entre tres y cinco años, en un mundo en el que la deuda tenderá a ser más cara y escasa. El colapso del mercado de crédito obligará a las entidades a competir para colocar sus emisiones, algo que irán haciendo en la medida en que superen la desconfianza sobre la economía española y la escasa movilidad en los mercados de capitales.

Por ello cree que hay dos grandes atractivos para que los gestores se interesen por el mercado: la diversificación y la rentabilidad. Esta última será mucho mayor a la de la deuda pública española, sobre todo si los mercados vuelven a la normalidad y la prima sigue cayendo. Estévez confía en una rápida normalización de los mercados y una caída de la prima de riesgo española, lo que desencadenará un mayor apetito por la rentabilidad. “Poco a poco los inversores internacionales empezarán a mirar a las empresas españolas pero es clave desarrollar demanda interna”, dice.

Además, recuerda que el riesgo de impago de la deuda high yield está en niveles muy bajos (del 1,8% para la BB) y dice que la tendencia es hacia una mejora de las calidades. De las 74 empresas del continuo que analiza (exceptuando el Ibex), solo el 23% está dentro del grado de inversión, pero cree que se ha tocado fondo tras las últimas caídas de rating. “Al margen de empresas con calidad muy baja que quebrarán, otras mejorarán”, dice. Y cree que no tiene sentido que las agencias sean reacias a otorgar ratings corporativos por encima de la deuda pública, pues no hay riesgo político. De confirmarse esta tendencia, quedarían atrás los meses en los que los fondos han visto reducidos sus universos con grado de inversión.

Son motivos que justifican, según Estévez, la oportunidad para los inversores cualificados, como fondos o planes de pensiones –así como las aseguradoras, que podrán invertir sus provisiones técnicas–, hacia los que se dirigirá en principio el MARF. “Existe apetito entre algunas gestoras que se plantean lanzar fondos centrados en este segmento de deuda de alta rentabilidad española”, asegura.

Los factores disuasorios

Algunas gestoras consultadas responden que su área de análisis es amplio pero aún no confirman la creación de esos fondos. Entre los factores disuasorios del MARF están la escasa liquidez y las dificultades para invertir en emisiones con calidades crediticias por debajo de la deuda española, en el límite del grado de inversión (BBB-). En esta línea se pronunció Inverco cuando se anunció el MARF.  Por ley, las IIC de inversión libre pueden invertir sin límites en sistemas multilaterales de negociación, las IIC armonizadas hasta un 97% y los fondos de pensiones hasta un 30%, pero estas dos últimas han de cumplir requisitos cualitativos, de liquidez y solvencia, que dificultan en la práctica la entrada en los mercados alternativos.

Un futuro con más competidores

Axesor es actualmente la única agencia de rating española. Nació en 1996 como empresa de gestión de riesgos y obtuvo la autorización de ESMA para constituirse en agencia en octubre de 2012, primero de ratings no solicitados y, desde marzo, también de ratings solicitados. Estévez no descarta que surgan más agencias en el futuro, debido al compromiso existente en Europa por fomentar la competencia: actualmente hay más de una veintena. ESMA también controla las calificaciones para evitar anomalías y combatir la mala imagen del sector por su actuación en la crisis, aunque Estévez hace distinción entre las agencias que trabajan con deuda corporativa y aquellas con estructurados y deuda pública, que sí dieron problemas.

Otra polémica reside en el modelo de cobro de la agencia, determinante en la independencia del servicio. Desde Axesor afirman que actualmente venden los informes de rating a inversores, como fondos o entidades financieras. Pero la tendencia es que, con el desarrollo del mercado de renta fija, sea la empresa, recomendada por un intermediario o banco de inversión, la que pida que se le valore y se le otorgue una calificación y pague por ella. Una oportunidad de negocio para las agencias locales, pues a las pymes no les compensará en muchos casos asumir los costes de un rating emitido por una gran agencia internacional.