Artemis, cuando la gestión activa marca la diferencia

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pj_vanf, Flickr, Creative Commons

¿Cómo invertir y generar retornos en un mundo sin inflación y con baja volatilidad y dónde los ETF van teniendo cada vez más éxito? La solución  existe y se llama gestión activa. Los gestores de Artemis, una boutique independiente que lleva en su ADN la gestión activa, están convencidos de que "el verdadero desafío en el actual entorno es hacerse un hueco en un sector dominado por los fondos pasivos". Durante el Pressing Matters, evento para la prensa financiera internacional organizado por la entidad en Londres, Jacob de Tusch-Lec, gestor del Artemis Global Income Fund, ha explicado que "lo que podemos hacer para obtener una ventaja sobre el crecimiento de los ETF es dar a los inversores lo que quieren, es decir un retorno, una baja volatilidad y unos activos de calidad".

Y continúa: "Los bancos centrales continúan suprimiendo los tipos sin riesgo. Esto -junto con una renta variable y un mercado inmobiliario al alza- significa que la compresión de los retornos sigue. Al mismo tiempo, en los mercados se registra cada vez menos valor, mientras que los estilos de inversión growth y quality siguen mostrando el camino en popularidad y rendimiento". El gestor vuelve a criticar las estrategias pasivas: "Tuvieron éxito porque eran una novedad en el mercado y siguen atrayendo grandes flujos porque tienden a centrarse en lo que está funcionando bien". En la última década, tanto en Europa como en América del Norte se ha registrado un aumento sustancial de activos gestionados por fondos pasivos. Los activos en manos de los ETF en 2007 a nivel global eran 2 billones de dólares. En diez años, estas masas se han cuadruplicado hasta llegar a los 8 billones (datos de Morningstar a finales de junio de 2017). Pero la diferencia entre los dos mercados sigue siendo considerable, con los pasivos que representan sólo el 14,6% de los activos bajo gestión en Europa en comparación con el 30,6% de los activos gestionados en EEUU.

Jacob de Tusch-Lec advierte que "los ETFs pueden crear distorsiones en las valoraciones". Por ejemplo, según el estudio de BoAML  "the ETF-ization of the S&P 500",  el universo ETF de mínima volatilidad tuvo un crecimiento  anualizado  de los activos bajo gestión del 150% desde el 2009, mientras que las acciones con beta baja registraron un incremento del 200% en sus calificaciones". Este fenómeno se retroalimenta y va en ambas direcciones (revalorización y búsqueda de patrimonio), así que hay que tener cuidado con este efecto que podría también ocurrir para las estrategia  ESG, value  o para otras.

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"La alternativa low cost no es siempre la más adecuada si el objetivo es generar alfa o si nos encontramos en un entorno económico diferente. En opiníon de muchos, en caso de crisis del mercado, la linealidad de los fondos pasivos en comparación con el índice los hace inadecuados para contener las pérdidas ", explica Paul Casson, gestor del fondo Artemis Pan-European Absolute Return. El experto dio el ejemplo de la empresa Carillion, que a pesar de las declaraciones de "atención al control de riesgos como una parte fundamental del modelo de negocio", registrò desde julio  y hasta ahora un descenso significativo en las ganancias, con el flujo de caja insuficiente para cubrir los dividendos y el título, presente en muchos índices replicados por ETF, ha perdido más de la mitad de su valor en poco tiempo. "El problema es que a menudo los ETF no hacen analisis en profundidad de los titulos en los que invierten mientras para nosotros que somos gestores activos el analisis es fundamental", ha añadido el gestor que finalmente ha lanzado una provocación: "¿Qué pasará cuando la volatilidad de los ETF aumente y los inversores empiecen a vender? "