Argentina: Las opciones de política económica se reducen al intensificar los controles cambiarios

Desde que la Presidenta Cristina Fernández fue reelegida el 23 de octubre, el gobierno argentino ha introducido políticas más estrictas para la repatriación de los ingresos de exportación de las compañías mineras, petroleras y de seguros.  Además, las tasas de interés han subido en forma significativa durante las últimas dos semanas en un intento por parte del banco central de detener una rápida caída en las reservas internacionales.  

Tal como se señaló en el informe del 20 de octubre "Argentina Post-Election: Policy Mix Key for Ratings," Fitch anticipa que el objetivo principal del gobierno seguirá siendo el de logar un tipo de cambio estable. Debido a que la estabilidad cambiaria ha sido el ancla para la economía argentina, es probable que se continúe con controles cambiarios heterodoxos y cada vez más restrictivos. 

La cuenta corriente de Argentina se ha visto deteriorada debido a la menor competitividad de las exportaciones y la mayor cantidad de importaciones (a pesar de los esfuerzos del gobierno por restringirlas) impulsada por el auge en el consumo doméstico.  Fitch espera que el país reporte su primer déficit en cuenta corriente desde 2001. Con una perspectiva más débil para el precio de los commodities y el crecimiento económico global, Argentina enfrenta una situación más compleja en las exportaciones, la cual podría empeorar los desequilibrios externos y acentuar la caída en las reservas internacionales en dólares durante los próximos meses.

Aunque la economía creció a una tasa robusta del 9.5% anual durante la primera mitad del año, desde el verano pasado han empezado a aparecer señales de debilidad, a medida que las condiciones externas hayan restringido más que facilitado el crecimiento económico del país. 

Fitch sigue pensando que un cambio hacia políticas económicas más pragmáticas favorecería las calificaciones de Argentina. Sin embargo, las calificaciones siguen estando fuertemente restringidas y podrían verse impactadas negativamente si un ajuste descontrolado en el tipo de cambio o un alza significativo en las expectativas inflacionarias llegase a desestabilizar el ambiente macroeconómico del país.