Alerta roja: por qué debe tener mucho cuidado con las últimas emisiones de high yield

alarma
Twicepix, Flickr, Creative Commons

Los fondos de bonos high yield globales han empezado 2017 con muy buen pie y registran fuertes rentabilidades en el año, lo que ha provocado un aumento de las emisiones por parte de las empresas, sobre todo de aquellas con las calificaciones crediticias más bajas. “La deuda high yield global viene generando unas elevadas rentabilidades desde comienzos de año, por lo que hemos empezado a ver cómo cada vez más empresas aprovechan la fortaleza de este mercado para emitir bonos. Como suele ocurrir en estos periodos de bonanza, la calidad crediticia de muchos de los emisores es inferior; así, se están ofreciendo bonos con calificación CCC y cupones no garantizados por contrato (de modo que la empresa puede elegir entre pagar a los bonistas con más deuda, en lugar de efectivo, lo que nunca es buena señal) y bonos que financian préstamos personales concedidos a clientes de alto riesgo en el Reino Unido”, explica Jack Holmes, gestor de inversiones en el equipo de deuda de alto rendimiento de Kames Capital.

Esta tendencia se observa en todo el mundo. En el mercado estadounidense, los bonos con calificación CCC suponen más del 20% del total de nuevas emisiones lanzadas en lo que llevamos de 2017, el doble que el año pasado. El experto insta a los inversores a evitar la tentación de invertir en gran parte de los títulos que han salido al mercado últimamente e incide en las dudas que suscitan la calidad de algunos de emisores y la forma en que están financiando los pagos a los bonistas. Entre los bonos emitidos este año, Holmes menciona los de la empresa de embalajes Verallia (calificación CCC), que lanzó una emisión de 350 millones de euros donde se estipulaba que los cupones podían abonarse en efectivo o con más bonos.

En general, Holmes cree que las perspectivas para los bonos de alto rendimiento siguen siendo “razonablemente buenas” este año, aunque considera importarte centrarse en las áreas del mercado que ofrecen una buena calidad crediticia, así como rentabilidades atractivas. “Los inversores harían bien en alejarse de gran parte del papel de menor calidad que se está emitiendo actualmente en el mercado de bonos de alto rendimiento y centrarse en el segmento de mayor calidad de este universo”, alerta. Esa huida del papel nuevo que está inundando el mercado también estaría justificado por el seasoning effect, esto es, el efecto del tiempo que ha pasado desde la emisión de un bono.

Tal y como explican Alexis Renault y Bastian Gries, gestores del Oddo Compass Euro Credit Short Duration, fondo con la calificación Consistentes Funds People, el seasoning effect se refiere al hecho probado estadísticamente de que los bonos high yield que llevan un tiempo en el mercado tienden a registrar menos impagos que los bonos recién emitidos con una madurez residual similar. De acuerdo con un estudio de la agencia de rating S&P, entre 1981 y 2010 la tasa de impago de los bonos high yield fue del 15,1% en los primeros cuatro años pero sólo del 7,5% entre el quinto y el octavo año. "Es más probable por lo tanto que se dé un impago en un bono high yield joven que en uno más viejo. Dado que la estrategia de crédito de corta duración de Oddo Meriten AM invierte en vencimientos residuales cortos, alcanza exactamente esos bonos más viejos que muestran una probabilidad estadística de impago más baja", indican los gestores de Oddo BHF AM.