AKIT Partners: “El crecimiento de Brasil requiere de tecnología”

La compañía dice abrir las puertas a los inversores de private equity y venture capital interesados en el mercado brasileño de IT. AKIT Partners, que solo maneja el capital de sus socios, suele invertir entre 530.000 dólares y un millón de dólares por cada empresa por la que apuesta. AKIT entra activamente en la gestión del negocio, aun sin tomar el control para “no cortar las alas al emprendedor”, defienden.

“El mayor desafío en las empresas pequeñas es conseguir los primeros clientes. Nosotros ayudamos a captar esos primeros clientes y a crear una estructura estratégica que lleve al éxito a la empresa”, explica su socio fundador Alexander Schmitz-Kohlitz.

Schmitz-Kohlitz descarta la entrada de capital externo. Ser independientes financieramente les permite apostar por su criterio sin presión. “El problema de los Private Equity es que están con mucho dinero y no saben dónde invertir. Eso ejerce una cierta presión en los fondos. Nuestra ventaja es que al ser nosotros los inversores no sentimos ese apremio”, concreta el ejecutivo.

El desafío de los inversores en el gigante latinoamericano, sin embargo, conlleva superar varios obstáculos. El inmenso crecimiento de Brasil no ha ido acompañado de un mejor desarrollo de la legislación, según Schmitz-Kohlitz, y la inversión en private equity en el país conlleva, en ocasiones, demasiados riesgos.

“El gran problema de la legislación brasileña es que trata de la misma manera los Private Equity que los Venture Capital. Eso hace que los requisitos para los administradores sean los mismos para un fondo de 500 millones de dólares que de cuatro millones. El esfuerzo administrativo para obtener los permisos para un fondo de PE con riesgo inferior y volumen mayor es el mismo que se exige para un fondo de VC, de mayor riesgo”.

Otra característica, que no se corresponde con la normativa estadounidense o la española, es determinante a la hora de valorar el riesgo de la inversión. “La persona física no está protegida. Fuera de Brasil uno invierte cierto volumen y en el peor de los casos pierde su inversión. En Brasil, la persona física puede ser responsable de las deudas -con los trabajadores, fiscales o con el consumidor - de 

“No existe la posibilidad de hacer offset de pérdidas en la declaración de impuestos y tener, tal vez, ganancias exentas de tributación. Se necesitan incentivos fiscales para compensar el riesgo de invertir en start-ups”, reclama Schmitz-Kohlitz.

El potencial del mercado IT en Brasil

Brasil siempre ofrece algo con lo que compensar sus carencias. Y Schmitz-Kohlitz no duda al valorar el atractivo del país. Repite casi el mismo mantra que muchos inversores: 190 millones de personas impulsando el mercado interno, 40 millones de personas fuera de la pobreza, la preparación de dos grandes eventos: el Mundial y los Juegos Olímpicos… “Son impulsos fundamentales para el país y todo eso, unido a la inversión necesaria en infraestructuras, requiere de tecnología”.

“Brasil tiene una característica propia y es que no tiene un legado tecnológico y está saltándose pasos en su desarrollo. Va mucho más rápido. Todas las inversiones en tecnología que nunca se hicieron a causa de la dictadura (1964-1985) se están invirtiendo ahora en fases muy avanzadas. Mientras que en Europa se invirtió muchísimo dinero en telefonía fija, en Brasil se hizo algo así en los 90 pero en telefonía móvil”, describe Schmitz-Kohlitz.

Y coincidiendo con la percepción general del inversor, Schmitz-Kohlitz valora las oportunidades de negocio que ofrece el hecho de que Brasil esté aún lejos de los parámetros internacionales de deuda.

“Otro aspecto atractivo es la deuda pública que es del 40% del PIB, mientras que en Alemania es del 88%. El crédito personal es mucho menor, es decir que Brasil tiene mucho margen por delante, margen que EEUU y Europa ya desgastaron. La crisis europea va a tardar con seguridad unos diez años en superarse. EEUU se recupera lentamente, China desacelera.. Si miramos Brasil vemos un país democrático, con reglas establecidas, con jurisdicción que funciona, con recursos naturales. Tiene un impulso muy grande”.