Ahorro Corporación: “La UE ha ralentizado las reformas en un entorno de benignidad de los mercados y presión política”

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Toni Rodrigo, Flickr Creative Commons

Ahorro Corporación, dentro de sus Previsiones Económicas y Financieras para 2015, indica que la variable crítica del año que viene -en bolsa- será la evolución de los beneficios empresariales, que esperan que crezcan (el beneficio agregado de las empresas del Ibex 35) un 26,6% en 2015 y un 18,1% en 2016. El cumplimiento de estas estimaciones son, para la entidad, el factor fundamental para observar una evolución positiva del Ibex 35.

“Los riesgos de incumplimiento están centrados en la efectiva evolución económica de España, la eurozona y también Latinoamérica, dada la importancia que esta región tiene en los beneficios empresariales de las principales empresas cotizadas españolas”, apunta el grupo.

Según sus estimaciones, con el permiso del crecimiento económico, el Ibex crecerá un 14,7% el próximo año, lo que significaría que alcanzase los 12.285 puntos. Un potencial alcista en donde la práctica totalidad del aumento está relacionado con la evolución de los BPA ya que, según sus valoraciones, el PER implícito a 12 meses es similar al PER a 12 meses actual.

No obstante, inciden, las estimaciones de los beneficios empresariales están de nuevo en entredicho a causa, principalmente, del contagio que pueda sufrir nuestra economía de la debilidad de la eurozona ante la ausencia de medidas monetarias y efectivas a escala europea. A su juicio, la actitud del Banco Central Europeo de “todo lo que sea necesario” evitará la tan temida deflación mientras que cualquier materialización de los riesgos del crecimiento en los mercados financieros forzará a una actuación rápida de las autoridades europeas, como ya ha ocurrido en periodos de crisis, añaden.

“Aunque la necesidad para implantar una verdadera unión económica y financiera para evitar futuros episodios de crisis es conocida”, señalan, “las autoridades europeas han ralentizado el ritmo reformista en un entorno de benignidad de los mercados y presión política de nuevos partidos emergentes”.

A pesar de que la unión bancaria continúa, puntualizan, con la implantación ya efectiva del Mecanismo Único de Supervisión y un Mecanismo de Resolución algo descafeinado, piensan que la política fiscal común necesita nuevos avances en un entorno en donde la distinta situación de las finanzas publicas de los países sugiere la adopción de políticas expansivas para unos y la continuación en la senda de consolidación fiscal para otros. Además, la política monetaria expansiva está ya necesitada de la ayuda del resto de medidas (fiscales y reformas estructurales), concretan.

Tipos de interés, prima de riesgo soberana y prima de riesgo bursátil: en principio sin sorpresas

A su juicio, el avance de los índices en este ejercicio no dependerá de la evolución de los tipos de interés o de la prima de riesgo. Creen que el descenso de la prima implícita desde los niveles podría venir de la mano de una subida de los tipos de interés, compensándose también en términos de valoración.

Desde su perspectiva, la evolución de la percepción del riesgo por parte de los mercados financieros dependerá de tres factores: el grado de expansión de la política monetaria del BCE, la implantación de políticas expansivas fiscales por parte de la Unión Europa y la inestabilidad política, tanto en Europa como en España, ante el surgimiento de nuevos partidos políticos contrarios al neoliberalismo económico.

España

Ahorro Corporación denomina a España como “un sorprendente líder del crecimiento en Europa”. Una situación que, según sus expectativas, continuará en 2015 donde el PIB crecerá un 1,8%, el empleo un 1,9% y se cumplirá prácticamente los objetivos de déficit público (un -4,3% del PIB).

Respecto al proceso de corrección de los desequilibrios pre-existentes consideran que presenta luces y sombras: a la ya baja dependencia de la inversión en construcción residencial y a la profundización del proceso de desapalancamiento financiero se contrapone un cambio en la tendencia de la balanza por cuenta corriente, resultado del mayor dinamismo de la demanda interna. En este sentido, “las políticas económicas deberían tratar de adaptar la oferta productiva a la demanda para que no se produzcan déficits exteriores una vez retomada la senda creciente", recalcan.