Acuerdo Transpacífico: estos son los datos con los que deben quedarse los inversores

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Lucas Jans, flickr, Creative Commons

Poco a poco, el Acuerdo Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) va abriéndose paso en los titulares de la prensa… y en la mente de los inversores. Dos gestoras con fuerte presencia en el continente asiático, Fidelity Worldwide Investment y Aberdeen, analizan los datos que consideran fundamentales para que en esta parte del mundo se pueda entender la trascendencia del acuerdo y sus implicaciones para la inversión en los próximos años. 

En primer lugar, yendo a lo básico: ¿Qué es el TPP? Se trata del mayor acuerdo de comercio internacional que está actualmente en marcha en Asia (existen otros dos acuerdos en proceso de negociación en la región). La iniciativa para firmarlo ha partido de EE.UU. El acuerdo incluye la reducción de aranceles a productos tradicionales como automóviles, fármacos y bienes agrícolas y la mejora de los intercambios comerciales, pero también pretende abarcar áreas que atañen a cada gobierno, como las condiciones laborales, la protección del medio ambiente y de la propiedad intelectual o la participación de empresas estatales en las economías de otros países.

Doce países que representan en conjunto al 40% de la economía global están implicados en el TTP: EE.UU., Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Japón, México, Brunei, Chile, Malasia, Perú, Singapur y Vietnam. Aunque han firmado un acuerdo preliminar, ahora las cortes de cada uno de estos países deben ratificar su validez, un proceso que como pronto finalizaría en 2017. La gran ausente es China, lo que puede potencialmente limitar la capacidad de llegar a acuerdos más amplios sobre el comercio en la región. 

Desde Fidelity aportan algunos casos concretos de los efectos de este acuerdo sobre las distintas economías implicadas. Por ejemplo, indican que se eliminarían unas 18.000 tasas sobre productos de EE.UU.. Esto podría repercutir en un incremento potencial del 11% de las exportaciones de cereales del país gracias a la reducción de los aranceles agrícolas, según cifras de la gestora. Otro caso práctico: una mayor protección de la propiedad intelectual y de los derechos de autor podría traducirse en la aprobación de normas más estrictas sobre marcas comerciales o patentes. Esto podría implicar que los países con periodos de protección de patentes largos – como el propio EE.UU.- podrían tener que ser más transigentes. El ejemplo que proponen desde la gestora es que podría reducirse el periodo de vida de una patente para un biofármaco desde los doce años actuales a ocho años. 

Ganadores y perdedores

Los expertos de Fidelity consideran que los dos países que más tienen que ganar gracias a este acuerdo son Japón y Vietnam. Resaltan que, gracias al TPP, hasta el 67% de las categorías de bienes industriales que Japón exporta a EE.UU. quedarían libres de aranceles, frente al 39% actual. Como consecuencia, “el sector automovilístico japonés se convierte en un claro ganador a través de la exportación de vehículos de pasajeros y recambios a EE.UU. y Canadá, con una ventaja adicional para Norteamérica: una reducción estimada de los costes de producción de 10.000 yenes por vehículo”. Además, desde la firma americana consideran que “el incremento resultante en la inversión extranjera directa (IED) debería ayudar al Banco de Japón a reforzar la confianza en su capacidad para impulsar la economía, lo que aportaría cierto alivio tras las dudas en torno al éxito de la relajación monetaria”. 

Respecto a Vietnam, recuerdan que está siendo la economía de mayor crecimiento –un 6,8% interanual en el tercer trimestre de este año- del sureste asiático y dispone además de mano de obra barata, por lo que “los bajos impuestos que pagan los miembros del TPP deberían animar a más marcas como Samsung y Nike a seguir trasladando producción desde China”. También afronta obstáculos: “El reto para Vietnam será cumplir con las exigentes normas laborales y medioambientales del TPP”. 

Sobre Vietnam, el gestor del FF Emerging Asia, Teera Chanpongsang, opina que “podría experimentar una recuperación de la inversión extranjera directa, ya que unos impuestos más bajos, combinados con una mano de obra relativamente barata, atraerán inversiones relacionadas con la industria manufacturera del país. A su vez, esto podría tener un efecto favorable sobre el empleo y el consumo privado y, colectivamente, impulsar el crecimiento económico de Vietnam". Paul Tsai, director de análisis para Japón, afirma que “la reducción de los aranceles que traerá consigo el TPP aumentará las exportaciones en sectores como los automóviles y los recambios, la maquinaria y los equipos electrónicos, donde Japón es competitivo". También vaticina: "Las importaciones de productos agrícolas, silvícolas y acuícolas aumentarán. Esto dará lugar a reformas en estas industrias, donde Japón es relativamente eficiente. El refuerzo de la propiedad intelectual en el sector de los biofármacos redundará en beneficio de Japón, que es un destacado fabricante de nuevos medicamentos".

Para Aberdeen, en cambio, los claros ganadores serán las multinacionales cuyas exportaciones se centren en EE.UU., junto con las compañías de gran tamaño. “Unas tarifas de importación más bajas y un entorno de inversión más amigable entre los miembros del TPP significaría mayores márgenes de beneficio y menores costes por hacer negocios”, señalan desde la firma escocesa. Añaden que este tipo de compañías encontrarían un terreno más allanado para competir “si las compañías asiáticas domésticas no cuentan con el apoyo gubernamental por subsidios y/o tarifas de importación”. 

También consideran que las compañías asiáticas del sector manufacturero se beneficiarán enormemente del TPP, con la contraparte de que el sector estadounidense se resentirá en comparación, “y por tanto, al menos una parte del mercado laboral en EE.UU. sufrirá”

Obstáculos al acuerdo

“El espíritu detrás del TTP es que creará valor para todos los países implicados. Muchos de esos beneficios previstos serán el resultado de un mundo más capitalista”, reflexionan los expertos de Aberdeen. Se refieren a que este acuerdo persigue que los países que lo integran se centren en aquellos bienes y servicios en los que son eficientes, permitiéndoles a su vez una asignación más eficiente del capital y la fuerza laboral. “Indudablemente hay beneficios potenciales que se pueden conseguir si los países elevan sus políticas proteccionistas, permitiéndoles centrarse en las áreas donde están sus respectivas fortalezas, pero hay limitaciones a esta creencia”, añaden desde la gestora. 

Desde la gestora creen que, aunque muchos inversores podrán beneficiarse de la ventaja de disponer con barreras comerciales más bajas y políticas menos proteccionistas entre los países del acuerdo, “es necesario subrayar que no se garantiza que todos los países salgan ganando y, es más, no todos los inversores de un país ganador se beneficiarán”. Esto se debe, en su opinión, porque los beneficios de unas exportaciones más fuertes compensarán el coste de perder en otros sectores. Además, la condición para una asignación más eficiente de recursos es disponer previamente de industrias sobre las que tengan una ventaja inherente, lo que implica a su vez una reorganización de las fuentes de ingresos en los países donde no esté tan claro qué tipos de industrias cuentan con ventaja. 

Entre los otros obstáculos a la implementación real del acuerdo figuran la aparición de más obstáculos a la movilidad laboral y el incremento de facto de los costes al requerirse nuevas leyes laborales que sean más estrictas, más protección al medio ambiente y mayor respeto a la propiedad intelectual. “Un producto clave que es de los que más preocupan a los países es el precio de las medicinas, que se espera que suba sustancialmente después de la implementación del TPP. Esto ejercerá presión inflacionaria sobre los países asiáticos más pobres (Malasia, Indonesia, India)”, advierten desde Aberdeen. Sus expertos consideran a modo de conclusión que, si al final los costes superan a los beneficios, “el TPP u otro acuerdo parecido puedan no generar un impacto netamente positivo sobre su PIB”.