Acciones de emergentes: cada vez más atractivas para capturar dividendos

Las acciones de mercados emergentes, con reducciones a la baja de las estimaciones de sus beneficios, se han llegado a comportar los últimos tres años hasta 30% peor que las de mercados desarrollados. Pero este período está llegando a su fin. De hecho la sensibilidad de los beneficios de estas empresas al crecimiento global es muy alta, pues se trata de economías en gran medida industriales, de elevado apalancamiento operativo. Además las bajas valoraciones y apoyo monetario son principales impulsores. De hecho las estimaciones del Instituto de Finanzas Internacionales indican que las economías emergentes ya han recibido flujos de inversión de 36.000 millones de dólares en junio, más que mayo y abril y por encima de la media de 2010-13.

A ello se añade que a comienzos del año la incertidumbre política pesaba, pero ahora la mitad de la agenda política se ha completado y hay mayor visibilidad en India, Rusia y Tailandia. Las elecciones de la India han aupado a Narendrah Modi nuevo primer ministro, con mayoría suficiente para implantar reformas y fomentar la inversión retenida durante años de regulación y burocracia. De todas formas, aunque consideramos la inversión a largo plazo en India, algunas acciones han claramente alcanzando niveles de sobrecompra. Por su parte el mercado ruso se ha recuperado desde mínimos de marzo tras la elección en Ucrania del nuevo presidente Petro Peroshenkow. Las acciones rusas cotizan a cinco veces beneficios esperados de 2014 y 2015 –mitad que en el índice global MSCI Emerging Markets- y 0,7 veces valor contable, el más bajo del mundo en desarrollo. Sin embargo Moscú ya exige a las empresas estatales a compartir más beneficios con los accionistas, un paso en la dirección correcta de mejora del gobierno corporativo. Por su parte en Tailandia, tras el golpe militar, creemos que el nuevo gobierno (no elegido democráticamente) proporcionará estabilidad, con inicio de proyectos de infraestructura que el gobierno anterior no puso en marcha, lo que puede beneficiar a grandes grupos financieros. De manera que hemos invertido en Krung Thai Bank, bien situado por valoración en relación con otros bancos de emergentes.

Por su parte en Taiwán se han estado comportando bien determinados valores del sector tecnológico, el único entre emergentes con alza de previsiones de beneficios -con la mejora global esperamos que otros sectores también se comporten bien este año-. Además hemos aumentado exposición a empresas chinas cíclicas, como Lee&Man en empaquetado, que cotiza a múltiplos muy bajos y puede beneficiarse de la mejora del crecimiento mundial. Asimismo hemos tomado posiciones en el promotor inmobiliario chino KWG, pues el sentimiento hacia su sector ha dejado la valoración muy atractiva. KWG tiene fuerte balance y exposición a áreas donde oferta y demanda están todavía relativamente equilibradas y no hay una cantidad significativa de propiedades sin vender. Sigue habiendo incertidumbre en Turquía, Brasil e Indonesia, siendo particularmente difícil de predecir las elecciones en estos dos últimos países, cuyo resultado puede tener un impacto significativo.

En cualquier caso las acciones de mercado emergentes que pagan alto dividendo ofrecen una manera atractiva de reconstruir esta exposición, pues consideramos improbable una mayor desaceleración global. Además quienes invierten en mercados emergentes encuentran difícil estimar con exactitud los puntos de inflexión, lo que sin embargo resulta ser una preocupación menor cuando existe la red de seguridad del alto dividendo. Hay que tener en cuenta que las empresas de elevado dividendo de mercados emergentes tienden a estar mejor gestionadas y a ser más rentables que las que no proporcionan pagos.

En concreto el dividendo por acción en mercados emergentes se ha más que triplicado los últimos 14 años, superando a los desarrollados, donde se han duplicado. Esto indica disciplina financiera. Desde la crisis de 2008 las empresas de emergentes han reducido apalancamiento y aumentado patrimonio neto. Su apalancamiento financiero -ratio de deuda neta a capital- puede quedar por debajo del 30% en 2015, en reducción desde más de 36% de 2012. Además esperamos que sus beneficios crezcan 6,4% los próximos cinco años, en comparación con 4% del mundo industrializado. A ello se añade que la relación de pago de dividendos en emergentes tiene potencial de aumentar desde el actual 32% hacia el 39,5% de mercados desarrollados. Estas características son interesantes cuando los bancos centrales son propensos a mantener los tipos de interés en niveles excepcionalmente bajos durante algún tiempo.

De hecho las acciones del índice MSCI Emerging Markets High Dividend de alto dividendo muestran rentabilidad por dividendo de 4,9%, un colchón de seguridad para una clase de activos que puede experimentar episodios de volatilidad.  Gracias unos balances sólidos y mejora del gobierno corporativo las empresas de alto dividendo de mercados emergentes muestran menor volatilidad y mayor rentabilidad/riesgo que el resto de acciones de emergentes. La desviación estándar anualizada del índice MSCI Emerging Markets High Dividend ha sido 18,22% en cinco años, comparado con 19,16% del índice global de emergentes, con ratio de Sharpe –relación riesgo/rentabilidad– de 0,7 los últimos 14 años, en comparación con 0,51 del índice global de emergentes. Por tanto su rentabilidad es más consistente.

Además, a diferencia de los mercados desarrollados, en emergentes se puede obtener a la vez ingresos y crecimiento. A ello se añade que las empresas de elevado dividendos de emergentes provienen de una variedad de sectores, a diferencia del caso en mercados desarrollados, donde dominan los defensivos. Más aún, los inversores de empresas de elevado dividendos de emergentes pueden participar en temas seculares –como el hecho de que las compañías de seguros y bolsas de valores crecen con el cada vez mayor número de empresas que cotizan-, independientemente de los cambios de ciclo. En este sentido Rusia es un objetivo para los inversores orientados a dividendo. Su proporción de dividendos repartidos ha aumentado hasta 25% desde 16,8% promedio de cinco años y cuentan con mayor potencial de crecimiento.