“Abróchense los cinturones y esperen muchas turbulencias”

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Con este tremendo titular nos encontrábamos muchos de nosotros después de las últimas y esperadísimas declaraciones de Bernanke cuando dijo que la reserva Federal podría comenzar a reducir pronto su enorme programa de estímulo para la economía estadounidense, podemos decir que los inversores recibieron el mensaje alto y claro.

La mayoría de los economistas no esperan ningún cambio en la política de la Fed hasta el final del año en curso, incluso después de los comentarios de Bernanke, si bien es cierto que hay analistas que esperan muchas sorpresas ya en septiembre, yo me posiciono con la mayoría.

La ola de ventas de acciones, bonos y materias primas en todo el mundo tras los comentarios de Bernanke fueron portada en todo el mundo, resultaba entendible que para algunos se diera el pistoletazo de salida a un período de operaciones volátiles y desordenadas como respuesta a un cambio brusco, desde la calma que prevaleció una vez que la Fed comenzó su más reciente programa de compras de bonos el otoño pasado, al momento actual.

Cuando los regímenes de mercado cambian, raramente lo hacen de forma ordenada, en esta ocasión el mercado de bonos está en el epicentro del terremoto de los mercados financieros que desató Bernanke, las réplicas han sacudido los mercados desde Tokio a Sao Paulo, y los activos que habían registrado una buena evolución se han hundido.

En cuanto al mercado de crédito estadounidense, este fue igualmente golpeado y, el diferencial entre los rendimientos de los bonos basura y los del Tesoro alcanzaron su máximo nivel de este año, mientras que los mercados globales de acciones perdieron 1 billón de dólares solo el jueves 20 de junio.

La fuerza bruta del declive tomó a muchos por sorpresa, Todos sabíamos que los tipos tendrían que subir en algún momento, pero no estábamos listos para escuchar que el momento empieza ahora.

La realidad es que los inversores institucionales han estado financiando operaciones en mercados de mayor riesgo tomando prestado en el mercado de deuda estadounidense, que es estable y con bajos tipos de interés, en busca de una mayor rentabilidad, en un mundo cada vez más competitivo y global. Pero con tipos mayores y con mayor volatilidad, el costo para tomar prestado sube, y ambos factores parecen estar aquí para quedarse y a algunos les va a suponer un importante quebranto en sus porfolios.

En cualquier caso, pese a la que la reacción inicial a los comentarios de Bernanke ha sido negativa, si los datos macroeconómicos confirman la visión de la Fed de una economía en recuperación, el mercado podría tranquilizarse, aunque con previsible volatilidad.

Una  parte de los analistas que estudia la situación de los mercados financieros estadounidenses y  la marcha de la economía  americana  comparte la opinión de que la Reserva Federal no va a cambiar su política hasta diciembre de 2013, yo creo que ese escenario es el más plausible, la Fed vigila muy de cerca la tasa de desempleo, esta tasa esta perennemente anclada entre el 7,5% y 7,6% y no tomará ninguna medida que pueda elevar esa cifra.

La Fed está manejando una cifra critica, el crecimiento del PIB, si la economía norteamericana crece a ritmos del 2,5% y el tan temido downlanding Chino no acaba siendo tan pernicioso como muchos auguraban, la Fed podrá a lo largo del 2014 ir retirando los estímulos a la economía gradualmente, testando que su retirada no afecta al crecimiento ni destruye empleo, es entendible el caos inicial y los miedos al cambio de escenario, pero se producirá y debemos tenerlo claro.